miércoles, octubre 14, 2009

Epifanio Martí

Si todos podemos tener un gran amor y un gran odio, el odio de Epifanio Martí era a la “Verdad”. La repudiaba, la detestaba, hasta tal punto que la “Mentira” -el gran antídoto contra la verdad-, lo fue envenenando por dentro como una lenta y paciente carcoma que empezara un día con un pequeño desliz y que, poco a poco, lo devorara en persona y en cuerpo hasta convertirlo en lo que al final pareció. Y no puedo decir lo que al final fue, pues ni él mismo pudo al fin saberse ni conocerse sin sus mentiras.

Un día Epifanio, al salir del cementerio, tropezó con una sombra. Y al empezar de nuevo el paso le pilló el pie cambiado y cojeó levemente. En ese preciso instante le pareció como si el miembro no le respondiera, continuando el paso errado. Así llegó a su casa, entró por el portón derecho hasta su catre, y pasó tumbado las primeras horas, luego fueron varios los días; dolorido en todo momento, ya fuera recién levantado o a media tarde.

Finalmente salió a la calle cuando no tuvo más remedio, pues también el hombre necesita de pan y de vino. Entonces todo el pueblo pudo ver a un hombre tullido, más viejo y senil que nunca, andando mal y torcido, convertido desde entonces en el cojo del pueblo.

Dicen que hay personas que son capaces de creerse sus propias mentiras, pero él no se conformaba con sólo eso; cuando Epifanio inventaba una mentira llegaba incluso a amarla. Y tanto luchaba por ella, y tanto la defendía, que al tiempo la mentira se volvía verdad y luego tenía que mentir de la propia mentira para que así ésta no se le revolviera; pues la verdad y la mentira acabaron siendo para Epifanio la misma cosa; una oscura serpiente sin ojos, que de tanto comerse a sí misma se había vuelto por entera cabeza, con dientes sucios que lo roían todo, y una piel cubierta de lenguas siseantes hasta volverlo sordo.

Nota 1 : La foto es de un callejón en Jabugo (Huelva)
Nota 2: Cualquier parecido con alguna persona real es mera coincidencia.

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9 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Que se lo aplique mas de uno. Las mentiras y la prepotencia pasan factura.
Sigue asi,

14 de octubre de 2009, 8:03  
Blogger José Manuel Martínez Limia ha dicho...

Las coincidencias, como la literatura, sobre todo la buena, algunas veces parecen verdad y otras veces mentira. Parecen, a veces, verdaderas metáforas, aunque las metáforas nunca son verdaderas.

Son como los epítetos, verdades inventadas, esto es, mentiras. Y así la verdad y la mentira forman un todo indescifrable que denominaremos caos.

En ese caos nadan los mentirosos a favor de corriente, pero nos ahogamos el resto.

Magnífico el texto.

14 de octubre de 2009, 10:34  
Blogger Mónica ha dicho...

Las verdades, las mentiras, visitan nuestra casa, y llaman a nuestra puerta. A veces son mas faciles las verdades, pero otras son mas faciles las mentiras, podemos retratar el mundo lleno de ilusión y deseo lejos de la realidad. Pero que de las mentiras, un engaño, una ilusión a nosotros mismos, tal vez miedo a la verdad. Hay muchos que solemos ser sinceros, y nos seguimos engañando el resto de nuestra vida. Que contradicción amigo mio. Pero siempre voto por la verdad, aunque dura, antes que la mentira.

Un beso

14 de octubre de 2009, 20:59  
Blogger DANI ha dicho...

Fantástico relato y una foto preciosa. Será mentira, verdad ;))

Un abrazo

14 de octubre de 2009, 22:15  
Anonymous José Juan del Valle Ramírez. ha dicho...

Hola Aureliano.

Hay en tu relato una cosa que no entiendo. Si la mentira es el antídoto contra la verdad es porque la verdad es veneno y si la verdad es veneno y la mentira es el antídoto ¿como se acaba envenenando,o es que ambas, la verdad y la mentira son venenos?

Salud y República.

15 de octubre de 2009, 9:11  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Tengo, sin duda, que aprender de vuestros comentarios, hay que saber muy bien leer en las líneas y entre ellas para exprimir bien cada palabra y comprender todo lo que pensabais cuando se escribieron. Muchas Gracias.

Lo mismo pasará conmigo, sólo que más difícil; recuerdo una profesora que se llamaba Mª Manuela que decía que era yo una persona “barroca”. Bueno, ahora, con las lagunas de la memoria no se si fue Mª Manuela, o Chelo, o vayan ustedes a saber. Pero estoy seguro que alguna de mis profesoras fue.

Amigo José Juan; es cierto que para que la “Mentira” sea antídoto de la “Verdad” tiene que ser la “Verdad” un veneno. El personaje de este relato no soportaba la “Verdad” y para él era poco más que un veneno. Pero esto no le ocurre sólo a Epifanio Martí; por ejemplo a los niños los tenemos atiborrados de este antídoto; los mayores les mentimos continuamente; en el caso de los Reyes Magos, en el del Tío Maraco, todas estas y muchas más mentiras son antídotos. Pero es más, los adultos también utilizamos este antídoto más a menudo de lo que nos parece; Dios... “si eres bueno vas al cielo...” “tampoco estoy tan gordo”, “estas canas me hacen más interesante...”, “mi abuelo fumó hasta los ochenta, y murió de viejo”. Amigo Juan José, cuando escribí el relato no reparé en ello, pero tu pregunta me hizo reflexionar: Los humanos utilizamos la “Mentira” como antídoto, porque a veces la “Verdad” puede parecernos venenosa, porque a menudo no nos gusta, no queremos, o no sabemos tomarla.

Buenas noches filosóficas y un sincero abrazo.

15 de octubre de 2009, 23:58  
Blogger Abril Lech ha dicho...

Un escrito impecable con una gráfica descripción de algún mentiroso que se le parece bastante a Epifanio Marti. Ojalá el final también se le parezca. La mentira pudre todo lo bueno.

18 de octubre de 2009, 5:15  
Blogger La sonrisa de Hiperion ha dicho...

La foto dice ya de por si muchísimo, un placer pasar por este remanso de palabras...

saludos y un abrazo!

18 de octubre de 2009, 19:34  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

La primera vez que alguien nos deja un comentario solemos buscar tras su rastro para poder conocer algo más; cuando no tiene blog es imposible poder investigar nada, tan sólo seguir las pistas de los comentarios que van dejando por aquí y por allá.

Las veces más afortunadas tienen una historia, o muchas, que contar en un blog. Entonces los veo y me siento mejor por conoceros un poco más.

Siempre honrado con vuestras visitas y más aun con vuestras palabras.

19 de octubre de 2009, 23:43  

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