viernes, junio 18, 2010

Ya me duermo


El verano, sus ruidos, sus recuerdos... Las ventanas abiertas por si venía algo de fresco; e iban entrando, como una brisa, bien despacito; aquellos sonidos que me traían el sueño.

Las mujeres en las puertas toman el fresco, o lo esperan. Las conversaciones, los chascarrillos y algunas risas; la calle convertida en el salón de la casa, en el salón de todas las casas. Mi calle, la calle, de todos y nocturna, caliente y sonora, de grillos y gatos, de umbrales y gargantas viejas. De chiquillos jugando a la paloma.

Ya es tarde, estoy cansado. El Sol bien me abrasó y ya se fue, pero me la tiene guardada, es sólo una tregua en la batalla. Ahora el niño hombre se va durmiendo. La calle, mientras, se va quedando vacía. Alguien arrastra una silla para adentro y se pierde el sonido de la madera por los pasillos tan calientes, entre paredes de cueva caldeada. Luego un adiós, un hasta mañana, una puerta se cierra, un bote de Orión quebranta las esperanzas de los enamorados mosquitos. Una luz se enciende y luego se apaga; la noche de verano va entrando en un sueño de estrellas y galaxias, polillas, salamanquesas y farolas.

El reloj de pared de la vecina canta la media. Un péndulo ensimismado, ajeno a todo, camina, piensa, va muriendo y se mece. Parece triste.

Miro por la ventana y ahí está; la Osa Mayor, siempre ahí, como cada verano, el carro y sus tres caballos. La luz prendida en aquellos soles inalcanzables.

Ranas, muy lejos, ladridos y radios con las noticias. Un vecino ronca, bajito y claro. También llega, sin dudas, un pedo largo y trompetero, escapado o pegado, qué más da si está en su casa, si la noche no cierra y las ventanas se abren. Todos los vecinos tenemos el mismo silencio sonoro de la noche fresca de aquel verano tan viejo.

Ya me duermo y pienso, en una niña que no me quiere, que me ignora. Me duelo sólo esperando el sueño; sentir tanto desamor sin sentido, su foto en mi cabeza me mira y me sonríe. Algo hay que pensar para dormirse, ¿pero siempre en la misma, corazón idiota?

Un motorista cruza la noche, va camino de Aznalcollar. La moto, como una chicharra, a todo puño. El sonido es primero fuerte, cuando pasa por Triana, y luego poco a poco atenuado; la marea del oeste lo trae y lo lleva, juega con él, pero sólo queda un hilo de aquel ruido al poco tiempo. Se va para su pueblo el que vino a éste a pelar la pava. Y va contento; le dejó, por fin, meter la mano.

Y tú, apenas desnuda y apenas vestida, todo lo que te toca que huele a ti, que sabe a ti, que suena a ti. !Quién pudiera ser noche y entrar despacio por tu ventana! y mirarte con los ojos de los gatos delincuentes, y ver tu pelo que tiene vida, y ese camisón –ay- rozando suave el botón hermoso de tus pezones. Eso quiero: entrar y salir sin que me veas; invisible y nocturno como una sombra; para robarte, para tomarte... con ese tacto femenino de tus sábanas y tus cortinas, que dejan ver pero no dejan. Malditas ganas.

Ya me duermo, no lo digo más; ya me duermo.

Etiquetas:

9 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

No me canso de leer como describes las escenas cotidianas. Esos sonidos de la noche incluida la moto que va para Aznalcollar que todos juntos mezclados nos sirven de nana. Enhorabuena y sigue así.
Por fin es Viernes¡¡

18 de junio de 2010, 7:56  
Blogger J.Joaquín Santos ha dicho...

Y muchas noches, cuando el silencio ya se había hecho con el pueblo, pasaba entre los tejados la
silueta hermosa y fantasmal de la lechuza, que con su ssschiiiiii, venía a poner un toque musical en nuestro desvele embriagado de fragancias de jazmines y damas de noche...

Muy bueno Aureliano, como siempre transportandome en el tiempo.

Un saludo...

18 de junio de 2010, 9:46  
Blogger La sonrisa de Hiperion ha dicho...

Un placer siempre pasar por tu espacio. Me encanta pasar los viernes por tu casa.


Saludos y un abrazo.

18 de junio de 2010, 18:52  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Me sumo a todos los elogios que hacen en los comentarios, y que saben describir mejor el significado de las palabras.
Muy bueno, de verdad,como siempre.





José Suárez

19 de junio de 2010, 22:49  
Blogger tartésico ha dicho...

Pa quitarse er sombrero

20 de junio de 2010, 1:34  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola! me ha encantado la frase que tienes puesta en los seguidores "nos vemos en macondo" jaja yo también soy fan de garcía márquez!! y cien años de soledad es lo mejor que he leído en mi vida.
Un saludo!

21 de junio de 2010, 23:38  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Muchas gracias por vuestras palabras.

Lo cierto es que escribo y temo repetirme. Creo que este temor es justificable/normal; después de tantos meses, dos años y medio escribiendo entradas, pues eso que creo que me estoy repitiendo. Y a ver qué hago; ¿dejo de escribir?; no puedo. ¿Escribo de otras cosas?; no sé. ¿Entonces qué? ¿Esperar y esperar a que la inspiración vuelva? ¿No la estaré obligando a una cita que no existe?

Bueno, compañeros de viajes. No quiero pecar de falsa modestia, ni busco una palmadita en la espalda, no quiero ser de esos. Sólo daros mis sinceras gracias y espero que siempre, siempre, disfrutemos todos de este rinconcito de Macondo. Siempre, siempre... mientras dure.

22 de junio de 2010, 23:04  
Blogger Notonida ha dicho...

Hola Aureliano, llevamos meses intentando enlazar NOTON con el blog "Hoy los mirlos están alborotados", no sabemos cual es la causa, pero no lo logramos, como eres de los pocos que sí lo han hecho queríamos saber si conoces la razón del problema y si este blog cuenta con alguna peculiaridad a la hora de ser enlazado.

Un saludo y como siempre buena entrada.

23 de junio de 2010, 0:36  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Hola Notonida, un placer tenerte por aqui. No tengo ni idea del asunto que me preguntas, siento no poder ayudarte. Imagino que el amigo Pelayo lo tiene configurado de modo "raro" Un saludo.

24 de junio de 2010, 0:42  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio