sábado, enero 19, 2008

Los seres vivos somos un complejo puzzle de los elementos de la tabla periódica.



5 de abril de 1.992
"Estos días pasados no he podido escribir nada pues sabía que de nuevo reinaría su recuerdo. Así que hoy tras este periodo de silencio he decidido romper el hielo y gritar hasta que me sangre la garganta que te sigo queriendo. Sigues significando tato como antes, tu memoria rebrota en cualquier circunstancia, el recuerdo de quién me obligó hoy a salir a la Barda a buscarla, de la mujer que me ha impreso esta situación de necesidad. Cuando te vi, por fin descansé, sentí el alivio del retiro de mis cadenas, entonces intente parecer indiferente, aunque en mis centros gritaba de rabia y agonizaba con cada gesto tuyo.
Quién me diera un botón para desconectarme de esta pasión y hacerme más duro, más frío e insensible, inalterable ante la visión de tus ojos verdes, ante el susurro de tu voz de ensueño"


19 de enero de 2008.
¿Creéis que existe ese botón? Me refiero a un interruptor interno que nos permita controlar nuestras pasiones, nuestros miedos, fobias, ansias, nuestros celos, la envidia, el rencor, la venganza... Creo que no se trata, por tanto, de un solo botón, será cosa de que cada persona nace o se hace con unos pocos de estos interruptores.
¿Cuántas personas darían lo que fuera por conseguirlos?, ¿Lo imagináis?.
Por ejemplo yo daría cualquier cosa por un interruptor que me permitiera no pensar nunca en la muerte. Me he fabricado uno pero no siempre funciona, y cada vez que me viene por cualquier causa a la mente pensar en el fin de mi existencia, entonces mentalmente lo acciono y empiezo a pensar en otra cosa. Mi interruptor me permite dejar de pensar en la muerte cuando comienzo a pensar en ella, ¿es una solución valiente o se trata de la forma más cobarde de darle la espalda a un miedo?. Juzguen ustedes. A mí me funciona.
No creo en Dios, no creo en la reencarnación, ni en el alma, tampoco en el cielo, creo que los seres vivos somos una complejo puzzle de los elementos de la tabla periódica, y que nuestro destino final no es otro que el desorden de estos elementos para luego formar otros puzzles. Esa es mi forma de pensar, soy ante todo científico, creo que la ciencia lo puede explicar todo, y lo que a priori no explique no es por carencias de la ciencia, si no por ignorancias del observador.
Como decía... ¿que puede hacer un puzzle como yo, un rompecabezas de carbono, hidrógeno, oxigeno, etc... para no temer al desorden, para no temer al final de la estructura de este ser vivo. Lo único que puedo hacer es no pensar en lo que me va a pasar. Yo lo acepto, lo entiendo, se que es ley de vida, pero cuando una película termina tan mal, ¿no es mejor ignorar el final e intentar disfrutar del momento?.
El botón de "no pensar en la muerte" quizás sea el que más entrene, el que más utilice, pero hay otros, por ejemplo el de la envidia, el de los celos. ¿no os ha pasado que a alguien le está pasando algo bueno y parece que en el fondo tu lo que quieres es que deje de pasarle. A ver me explico, por ejemplo; yo que, sin gustarme el fútbol, no puedo soportar que el equipo rival gane partidos. ¿qué?, ¿no puedo activar el interruptor que corte la envidia.? Pues parece que en este caso no, y aun teniendo claro que sufrir por lo bueno que le pase o tenga otra persona, es como olvidarte de ti mismo, como despreciar y repudiar tu propia vida.
En fin estas líneas no habrán descubierto grandes cosas, me ha gustado hablar de ello por si a alguien alguna vez le sirve de algo. Si no puedes enfrentarte a un disgusto, siendo imposible solucionarlo, lo mejor es en ese momento pensar en otra cosa, accionar mentalmente tu botón interno y cortar la corriente que llega a esas neuronas que te están por momentos llenando de infelicidad. Una vez cortada esta corriente, has conseguido desviar tu energía mental a otra parte, a otro pensamiento.
Saludos intergereneros.

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