jueves, enero 15, 2009

Los reyes del espectáculo.


Hoy, esos cabrones de la guerra atacan los alimentos de la ayuda humanitaria, un medio de comunicación e incluso un hospital. Siguen empleando las bombas de fósforo y no dejan que nadie salga de la ratonera. Algunos entendidos dicen que esto puede ser la traca final. La orgía va llegando a su fin. Todo parece estar calculado para que cuando Obama sea investido presidente la guerra termine. Estos malditos matarifes tienen medido bien el tiempo, son los reyes del espectáculo, tiran bombas sobre los vivos y sobre los muertos; ayer en un cementerio, hoy bombardean otro edificio de la ONU y, ¡no se vayan todavía que aun hay más! O mejor dicho; ¡no se extrañen todavía que mañana habrá más! Eso sí, mientras no le quitemos protagonismo al nuevo presidente.

Si fuera Obama, con dos cojones, me hacía nombrar presidente mañana. A ver si, con esas, paraban las cifras de ese despiadado contador de sangre.

Si fuera Zapatero pondría al embajador de Israel de patitas en la frontera; Usted aquí no vuelve hasta que condene la violencia, también la del terrorismo de Estado. Adiós, muy buenas.

Si fuera Israel dejaría salir a las madres con sus niños, a todo aquel que no tuviera armas, a los ancianos, a los heridos, también a los discapacitados, a los enfermos mentales, criaturas de la vida todas ellas que no tiran cohetes. Que se queden en el gueto los que quieran morir o matar.

Si fuera la ONU tendría un poquito de dignidad. Diría las verdades sin tapujos y llevaría ante un tribunal, por crímenes contra la Humanidad, a todos los promotores de matanzas. A estos maestros del dolor por supuesto.

Si fuera periodista Israelí, ¡qué vergüenza! ¿Por qué vetan la entrada a los periodistas? ¿Alguien duda por qué?

No dejaré que ni el tiempo ni los redactores jefes me entretengan con otras patrañas. Estoy muy indignado. Estoy cabreado. Pienso mirar a cada muerto, a cada cuerpo, a cada niño. Cada cadáver pasará por mis ojos, porque soy testigo de su crimen, porque no me van a engañar. Todo lo demás es pasajero. No miraré para otro lado y no me olvidaré de ellos mientras pueda. Porque también mis manos tienen sangre. Mucha sangre Palestina.

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

El esclavo negro de los judios, tiene más veneno en las tripas que los propios judios.
Ya lo decian en Cuba : solo hay alguien peor que un republicano americano y es un demócrata americano.

16 de enero de 2009, 1:55  
Blogger ALVARO ARIAS ha dicho...

Aunque fuera cierto que todo está calculado para que la matanza acabe cuando se produzca la investidura de Obama,los más de 1.000 muertos están ahí para vergüenza de una comunidad internacional que no ha sabido o no ha querido reaccionar a tiempo, y que enseguida pasará página hasta que llegue la próxima masacre. Porque de lo que estoy seguro es que estos muertos sólo han servido para sembrar más odio y retrasar la solución del conflicto.

Un abrazo.

16 de enero de 2009, 13:26  

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