miércoles, enero 07, 2009

Mi vómito de letras.


Sería explicable, que no razonable, que se consienta que en los hospitales palestinos no quede anestesia, estén sin medicamentos, se opere en el suelo, no tengan más que pena para atender a miles de enfermos. Sería explicable si los israelíes no sintieran dolor, si estuvieran hechos de un material diferente.

Sería explicable que no permitan a los periodistas entrar a informar de lo que ocurre, si los tanques fueran a Palestina para abrir surcos, o los soldados de Israel estuvieran dándose un paseo turístico por la franja.

Sería explicable, que no razonable, su confianza en esta solución si piensan que tirar bombas es pedagogía y no una brutal venganza.

Sería explicable, que no razonable, que la comunidad internacional mire para otro lado sin importarle un genocidio más, si fuéramos esos seres egoístas, despreciables y mezquinos a los que sólo nos importa nuestro obligo y nuestro dinero.

Matarifes israelíes de despacho, hoy sois vosotros los que me dais vergüenza. Y asco, tanto asco que no os escribo, más bien, os vomito mis letras, pues sois eso; Vómito israelí de fuego, sangre y muerte.

Sería explicable, que no razonable, lo que estamos viendo en Palestina si en Israel no hubiera madres. Porque... ¿Qué paren las madres en Israel?

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4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

El ser humano no merece vivir en este planeta. Los judios están dando la razón al fascista de Hitler. Somos unos hijos de puta.

7 de enero de 2009, 1:36  
Blogger J.Joaquín Santos ha dicho...

Amigo Aureliano, te mando este artículo que recibí de nuestro cura párroco Pepe Salguero, y que no tiene desperdicio:

Carta de navidad a los señores respetables
María Belén González Aguilera
Viernes 26 de diciembre de 2008, por Foro Diamantino

Eh, ustedes, sí, los de arriba, los elegidos, los de alta posición, los señores respeta- bles, los entendidos, los de buena reputación. Los que elaboran las leyes y no las cumplen; los que crean las guerras y nunca mueren en ellas. Los que estáis aferrados al sillón del poder; los que manejáis los hilos de la política, del comercio, de las religio giones, de las conciencias, de las comunicaciones. Los que alardeáis de todo cuánto tenéis; de lo mucho que sabéis y de lo importantes que sois.
De qué vais por la vida, de superdotados, de cultos, de educados, de eruditos, de mo- dernos, de civilizados..
Tenéis la sartén por el mango; nos echáis a pelear. Vosotros decidís quiénes son culpa bles y quiénes amigos; vosotros sí que sois un peligro...
A dónde vais a llegar con vuestra codicia, con vuestras venganzas, con tantos sermo- nes sobre libertad, desarrollo y progreso; con vuestras dosis exageradas de soberanía nacional, de patriotismo.
A quién queréis impresionar y porqué en nombre de Dios, acaso lo necesitáis para algo, también queréis tener a Dios de vuestra parte. Estamos apañaos. Sólo faltaba que Dios os echara una manita en vuestras sucias y asquerosas hazañas.
No, no lo utilicéis para bendecir vuestros banquetes repletos de buen vino y caviar ; no lo mezcléis en vuestros sobornos, en vuestras mentiras, en vuestros intereses. El no tiene nada que ver con vuestros negocios de armas, con vuestros robos de guante blanco; con vuestros chanchullos, con vuestras matanzas.
El no celebra vuestras victorias, ni se alegra de las desgracias, ni de las derrotas, ni de tantas bajas.
El no tiene criadas, ni chóferes, ni guarda espaldas, ni zapatos de piel, ni camisas de seda, ni trajes, ni corbatas. No tiene coche, ni agua corriente, ni calefacción, ni airea condicionado No participa en vuestras reuniones diplomáticas, no disponen de salas de masaje, ni de sauna, ni de palacios con piscina climatizada.
No está en vuestras catedrales, en vuestras procesiones, ni en vuestras capillas milita res. No va armado hasta los dientes; no viaja con billetes de primera clase; no tiene plan de pensiones, Ni tarjetas de crédito, ni cuentas corrientes, ni seguros de alto riesgo. Están bien jodido, no tienen dónde caerse muerto.
No, no creemos en ese vuestro Dios. El nuestro no es tan grande, ni tan poderoso; está más abajo, a la altura del hombre, en el subsuelo. No es el Dios del dinero, del acoso, de la corrupción, ni del miedo; sino del amor, y el amor no lanza misiles sobre gente inocente para llenar sus depósitos de petróleo.

El amor no gana ni se gasta en un solo día lo que un país entero necesita para sobre- vivir durante todo un año. El amor no trapichea en los laboratorios cuales es la más detestables de las sustancias químicas para lanzarlas al viento. El amor se avergüenza de vuestra tecnología punta, de los viajes que organizáis a la Luna, a Marte, mientras miles y miles de personas se mueren minuto a minuto de hambre.
No, perdonen, se están equivocando, bájense del pedestal, vuelan demasiado alto. Que Dios tenga compasión de vuestros pobres y duros corazones, que tenga compa- sión de mí, por estar tan cómoda y tan calentita en este confortable sofá ahora que el temporal de lluvia y frío arrecia ahí fuera con tanta fuerza, con tanta rabia.

Así es el poder, no sólo de Israel, sino de todos los paises. Me averguenzo del ser humano.¿Es posible un mundo mejor? Un saludo...

7 de enero de 2009, 12:06  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Aureliano, solo recordar que hay, afortunadamente, muchos Judios -Israelitas o no- que no apoyan las decisiones de su gobierno ni comparten las opiniones, no sé si mayoritarias, de sus compatriotas. Personalmente no me gusta generalizar calificando a todo un pueblo por lo que, normalmente, deciden sus gobernantes u otros en su nombre. Hasta los propios ciudadanos de Israel deben estar perfectamente alienados. ¿o no?

9 de enero de 2009, 23:01  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Estoy conforme Jordi, generalizar es una forma más de ignorancia, pero no es casual que esta guerra esté ocurriendo a escasas semanas de unas elecciones en Israel. ¿Qué pasa?, ¿Puede dar muchos votos una guerra? Al parecer sí. Todos no son iguales, pero qué pocos son distintos.

10 de enero de 2009, 18:14  

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