miércoles, junio 30, 2010

Una canción

Siento compasión, que me perdonen, por aquellos que ya no las tocan, que no las besan. Si imagino qué sería de mí sin ella caigo en una zanja, como una tumba. ¿Qué amor es comparable con el suyo?; amor y madre, madre y amor; la misma rama, el mismo tronco, la misma masa, el mismo trigo. Porque si tú no estuvieras, madre, ¿cómo lo haría para explicarme?

Una canción:

A una madre se le ama desde adentro, desde la sangre roja y caliente,
la que fue suya, que le robaba, cuando habitaba su mismo vientre.

Pensar que tú un día me faltaras es todo un acto autodestructivo.
Luego más tarde ya no soy nada; soy sólo tierra que arrastra el río.

Porque perderte sería tragarme; a dentelladas vivas e hirientes;
a bocado limpio contra mis manos, contra mi pies, contra mi frente.

No tenerte es no encontrarme, huérfano incluso de mi principio,
pierdo aquel agua que me entregaste, me quedo seco, solo y baldío.

Porque sin ti quedo incompleto, toda una obra no comenzada, inacabada por el inicio. ¡Razón inútil si me faltaras!

No llegará ese triste día que vaya andando sin tu materia,
por senderos yermos de células frías, relojes torvos y otras miserias.



Etiquetas:

2 comentarios:

Blogger DANI ha dicho...

Cuanto entiendo tus palabras. Mi mujer perdió a la suya con 12 años...y al suyo con 35.

Me sumo a tu homenaje. Porque yo aún puedo decirles que les quiero ;)

Un abrazo enorme

30 de junio de 2010, 13:30  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Tiene que ser realmente bonito tener una madre que te quiera, que te bese y esas cosas que hacen las madres.

Hay una frase que me encanta que dice: "El paraíso está en el regazo de una madre", un saludo

27 de julio de 2010, 12:22  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio