domingo, enero 20, 2008

Una flor, una canción para la mujer de mi vida.


Una vez quise ser tus ganas, quise ser tu anhelo.
Un pez en tus redes, tu sombra, tu manta, tu pelo.
Tu hogar caliente en invierno, frescor en tu verano.
jabón en tu ducha, esponja en tu mano.

Quise tanto a tu cuerpo. Te quise tanto por dentro.
Que por fin se que te quise, y al fin se que te quiero.

Una vez quise ser tu suelo, tu fuente, tu veleta.
el agua que mueve tu noria, y el hilo de tu cometa.
Tu puerta, tu bosque, tu forja, también tus dedos.
Las manos que te amasaran, el guardián de todos tus miedos.

Una vez quise ser, en tu garganta, saliva.
Arenita en tus ojos. Bocadito en tu herida.
Tu sangre, tu fuerza, tu rabia, también tu mentira.
El jilguero cantando en tu jaula, la luz que llena tu vida.

Una vez quise ser tu huerta, tu bosque, tu madera.
La voz de tu garganta, tu sol y brisa en primavera.
Pies y sombra en tu camino, hombro amigo a tu vera.
Que nunca te faltara el aire, ni el pan en tu panera.
Quise tanto a tu cuerpo. Te quise tanto por dentro.
Que por fin se que te quise. Y al fin se que te quiero.
A la mujer de mi vida.

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