jueves, marzo 13, 2008

El centro del universo.


Para definirlo rápidamente se podría decir que El Monte Borracho podría ser un buen lugar para determinar el centro del mundo. Es una casa solitaria en una solana de jaras mirando al sur. Cubierta de azules y plateados de día, de negro y estrellas de noche.

Si yo fuera un dios y tuviera que empezar la creación de un mundo o de un universo primero crearía la casita del Monte Borracho y luego seguiría desde allí expandiendo mi creación hacía todos los puntos cardinales. Cuando me cansara, siempre volvería a este lugar en busca de la inspiración, del descanso.
Recuerdo, siendo niño, un tierno matrimonio de ancianos habitando aquella morada. Si fuera el dios de la creación los haría eternos, para que al regresar cansado, con sus mimos, pudiera recuperar el sosiego. Ningún lugar mejor, para alguien fatigado, que ser el huésped de aquella antigua y sabia pareja. Ellos me alimentarían con sus quesos, sus guisos, con los frutos de su huerta. Saciando siempre mi sed con el pequeño pozo de la trasera, ya bajando hacia el cauce del arroyo de las Torres.

Buen sitio, esa casa, para borrar el estrés. Con la naturaleza, el Sol, el aire y las nubes. Con aquel matrimonio de enamorados ancianos. El Monte Borracho podría ser perfectamente el centro del mundo, de la galaxia, el punto de partida de todo lo que existe.

Por cierto, una vez oí en un programa de radio de madrugada, en esto nuestro sabio amigo Joaquín Mateos nos podría, sin duda, ilustrar, que aquel hombre de pelo blanco cierta vez fue testigo, junto a su esposa, una noche clara de un billón de estrellas, de una inexplicable visión; Percibió una luz extraña fuera, salió a mirar que podía ser y su sorpresa fue mayúscula. Al principio pensó que se trataba de un helicóptero, de un vehículo militar volador, pero luego tras unos segundos de contemplación, sobre todo por la intensidad del brillo y la ausencia de ruido, descartó cualquier máquina conocida; era una nave inmensa, suspendida, silenciosa y brillante, sobre la casa. Una luz cegadora y un escalofrío por todo el cuerpo. Estuvo solo unos segundos y luego se marchó a una velocidad increíble, con movimientos que no cumplían las leyes físicas conocidas.

Resumiendo, que escuché en la radio, la propia voz de este anciano relatando todo lo ocurrido. Nada más y nada menos que un ovni con todos su avíos, suspendido en la solitaria noche del Monte del Borracho, ahí es nada.

¿Qué sería aquello? ¿Maniobras militares con tecnologías secretas? ¿Seres de otros mundos explorando la Tierra? ¿Organismos superiores analizando, no sabemos, que misteriosa realidad? ¿O no será más que probable que el Monte Borracho sea sencillamente el centro del universo? ¿Qué otra explicación tiene?

Iker Buendía.

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8 comentarios:

Blogger francisco romero ha dicho...

Me encanta el Monte del Borracho "Iker", yo voy cada vez que puedo con Manolo serení, el hijo de este matrimonio del que hablas. Aquel lugar es impresionante. No tiene el lujo material de las urbanizaciones de la costa del sol porque el lujo que allí hay se respira, se oye, se ve, se toca...es algo maravilloso. Un saludo.

14 de marzo de 2008, 8:30  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Porqué Iker?

14 de marzo de 2008, 11:55  
Blogger ALVARO ARIAS ha dicho...

Yo también he escuchado esas historias en las numerosas noches que he pasado en el Monte Borracho con mis amigos. La entrañable pareja de ancianos que nombras son los padres de Manolo "Serenín", al que hay que reconocerle us generosidad por dejar acampar allí a tanta gente. Hace poco murió su padre.

Saludos.

14 de marzo de 2008, 14:40  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Lo de Iker es una broma, por eso de los ovnis. Permítame, Iker Jiménez, esta licencia.

Particularmente no creo en los ovnis, pues pienso que vivimos solos, sobre todo por lo lejos que estamos unos de otros.

Gracias por vuestros comentarios.

15 de marzo de 2008, 2:11  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hasta fiales del siglo 15 no se sabia que existía un continente inmenso a 750 leguas de las islas canarias. Recien entrados en el siglo 21 creemos que todo un universo esta ya conocido?

18 de abril de 2008, 17:11  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

18 de abril de 2008, 20:08  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

No conocemos nada del Universo, pero sabemos que es grande, muy grande. Y si la humanidad tardó millones de años en conocer a su propio planeta, ¿cuanto tiempo tendrá que pasar para que podamos conocer otro planeta con agua líquida, en un universo que se expande? ¿Existirá la Tierra para entonces?
Anónimo, interesante tu reflexión y sobre todo inquietante.
Saludos.

18 de abril de 2008, 20:14  
Blogger Unknown ha dicho...

Yo tengo la suerte de haber conocido a esta entrañable pareja, José y María, emparentados con mi mujer. Y puedo dar fé de que la historia del ovni es cierta, me la relató el propio José, sanjosé, a los pocos días de la aparición y no es una historia inconexa, esa misma madrugada hubo otro acontecimiento. En Mirandilla aparecieron dos toros muertos en circunstancias extrañas, despeñados, sin una gota de sangre en el cuerpo y sin restos de sangre en el lugar donde yacían.Preguntad a Escribano, el veterinario, que aunque con cierto escepticismo, no tenía explicación a lo sucedido.

23 de febrero de 2009, 16:45  

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