Aquí la tienen, ódienla
Pepe el de Evaristo dice en una maravillosa entrevista publicada por nuestro amigo y maestro Leonardo en su Blog “Tierra Próspera”:
“Harto de estar escondido, me vine y me presenté a las autoridades.”
Qué fuerza hay que tener para ese momento, qué cojones más apabullantes.
Me imagino dentro de la piel de Pepe el de Evaristo pensando...
- Aquí me tienen, me presento, desahuciado a la suerte de vosotros, mis verdugos. Aun sabiendo que me espera vuestro maltrato y quizás la muerte. Pero valiente y honesto a deciros; Haced conmigo lo que quieran. Vuelvo a mi casa con mi gente. Mi vida sin ellos no me vale, aquí la tienen, ódienla.-
Cómo sería aquel momento, con los relampagazos en el cementerio, desde la celda escuchando los tiros trinar en la oscuridad, intuyendo el masticar del plomo, su aliento cercano y maloliente.
Seguro que por sencillo y por no tener en su existencia motivos de los que nadie comprendiera celos, ni envidias, le dejaron pasar de puntillas por el matadero, despreciándolo como muerto y como vivo, para ponerlo a matar desconocidos o, tal vez, amigos y hermanos que ya estaban muertos. Al servicio de una patria loca, desquiciada y asquerosa.
Un abrazo amigo Pepe el de Evaristo.
Mi admiración y mis respetos.
Cómo sería aquel momento, con los relampagazos en el cementerio, desde la celda escuchando los tiros trinar en la oscuridad, intuyendo el masticar del plomo, su aliento cercano y maloliente.
Seguro que por sencillo y por no tener en su existencia motivos de los que nadie comprendiera celos, ni envidias, le dejaron pasar de puntillas por el matadero, despreciándolo como muerto y como vivo, para ponerlo a matar desconocidos o, tal vez, amigos y hermanos que ya estaban muertos. Al servicio de una patria loca, desquiciada y asquerosa.
Un abrazo amigo Pepe el de Evaristo.
Mi admiración y mis respetos.
Etiquetas: Memoria Histórica.
4 comentarios:
He aquí el auténtico Aureliano el de Gerena, rezumando literatura y sentimiento.
Yo ni tan siquiera me imagino la valentía que es necesaria para tomar esa decisión.
Pero como siempre ando buscándole las nalgas a todas las estatuas, lo que más me interesó de la entrada de Leo fue la sombra silenciosa de B.F. y su grupo de amigos falangistas. Tipos que fueron "buenos", aleatoriamente buenos. Tampoco me imagino la cobardía eterna que encerraban aquellas listas de la "gente de derechas".
Y después llegarán los que digan que todos los seres humanos son iguales y que Pepe el de Evaristo (y no hablemos ya de Manuel Álvarez) tiene los mismos derechos que B.F.
No os podéis imaginar hasta qué punto, cada historia que descubro, me ayuda a comprender al fin a quienes conocí todos estos años atrás y no pregunté.
El relato de este señor, de Pepe, es un auténtico tesoro. Conservar en la medida de los posible ese recuerdo es absolutamente necesario, si de verdad queremos construir una sociedad justa y solidaria.
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