martes, febrero 17, 2009

Aquí la tienen, ódienla

Pepe el de Evaristo dice en una maravillosa entrevista publicada por nuestro amigo y maestro Leonardo en su Blog “Tierra Próspera”:

“Harto de estar escondido, me vine y me presenté a las autoridades.”

Qué fuerza hay que tener para ese momento, qué cojones más apabullantes.
Me imagino dentro de la piel de Pepe el de Evaristo pensando...

"Harto de sentirme huido de mi misma vida, y sin más culpa que llevarme a la conciencia que mi condición de humilde brazo al servicio de quien me paga, más no sintiéndome ni de izquierdas ni de derechas, pues salgo de la tierra como un tronco retorcido de acebuche del que una y otra vez comen las mismas reses, que me van podando siempre hambrientas, que me esquilman sin piedad, sin paciencia, y me quitan los brotes más nuevos y me desnudan. Sobrevivo abandonado a la suerte de los soles, que me tuestan y alimentan, de días y amaneceres."
- Aquí me tienen, me presento, desahuciado a la suerte de vosotros, mis verdugos. Aun sabiendo que me espera vuestro maltrato y quizás la muerte. Pero valiente y honesto a deciros; Haced conmigo lo que quieran. Vuelvo a mi casa con mi gente. Mi vida sin ellos no me vale, aquí la tienen, ódienla.-

Cómo sería aquel momento, con los relampagazos en el cementerio, desde la celda escuchando los tiros trinar en la oscuridad, intuyendo el masticar del plomo, su aliento cercano y maloliente.

Seguro que por sencillo y por no tener en su existencia motivos de los que nadie comprendiera celos, ni envidias, le dejaron pasar de puntillas por el matadero, despreciándolo como muerto y como vivo, para ponerlo a matar desconocidos o, tal vez, amigos y hermanos que ya estaban muertos. Al servicio de una patria loca, desquiciada y asquerosa.

Un abrazo amigo Pepe el de Evaristo.
Mi admiración y mis respetos.

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4 comentarios:

Blogger tartésico ha dicho...

He aquí el auténtico Aureliano el de Gerena, rezumando literatura y sentimiento.

18 de febrero de 2009, 0:51  
Blogger José Manuel Martínez Limia ha dicho...

Yo ni tan siquiera me imagino la valentía que es necesaria para tomar esa decisión.

Pero como siempre ando buscándole las nalgas a todas las estatuas, lo que más me interesó de la entrada de Leo fue la sombra silenciosa de B.F. y su grupo de amigos falangistas. Tipos que fueron "buenos", aleatoriamente buenos. Tampoco me imagino la cobardía eterna que encerraban aquellas listas de la "gente de derechas".

Y después llegarán los que digan que todos los seres humanos son iguales y que Pepe el de Evaristo (y no hablemos ya de Manuel Álvarez) tiene los mismos derechos que B.F.

18 de febrero de 2009, 8:57  
Blogger LEONARDO ALANIS ha dicho...

No os podéis imaginar hasta qué punto, cada historia que descubro, me ayuda a comprender al fin a quienes conocí todos estos años atrás y no pregunté.

18 de febrero de 2009, 22:41  
Anonymous Anónimo ha dicho...

El relato de este señor, de Pepe, es un auténtico tesoro. Conservar en la medida de los posible ese recuerdo es absolutamente necesario, si de verdad queremos construir una sociedad justa y solidaria.

26 de febrero de 2009, 14:36  

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