domingo, febrero 14, 2010

La maldita cosa


No puedo quitarme de la cabeza en estos días un símil quizás rebuscado; pienso en el antiguo Egipto, donde se empleaba a miles de hombres y mujeres en la construcción de montañas perfectas. No pongo en duda lo impresionante y majestuoso de estas maravillas; las pirámides, pero ¿Era la mejor forma de emplear los esfuerzos aquellos seres? ¿Hubiera sido mejor dedicar aquellas energías en otras obras?

Cuatro mil años después la cosa se repite; los países del club de los ricos hemos conseguido producir alimentos de sobra y no necesitamos dedicar nuestro tiempo ni a cazar ni a recolectar ni a pedir limosna. Tenemos máquinas, clones, abonos sintéticos, plaguicidas sistémicos. Tenemos plásticos y rumanos para la fresa, moros en la aceituna, sin papeles bajo el catre.

Ya podemos dedicarnos, cuatro mil años después, a fabricar monumentos para los nuevos dioses, llámense faraones, presindentes, alcaldes, Botines o Reinas Nefer-Koplovichs. Seguimos en lo mismo, ¿Para qué aprender? Obreros de pan y circo fabricadores de pirámides adosadas, pirámides a cinco minutos del centro, pirámides para darle el pase sin escritura, jardines de las pirámides, pero en el fondo lo mismo: tumbas reales, mausoleos de sueños.

Imagino que cuando se finalizaba una pirámide habría algunos años difíciles, como los de ahora. Luego el faraón moría y la pirámide albergaba a su dueño. Pero quizá esa no era la razón por la que se construían, eso era tan sólo la coartada. Se hacían para emplear al pueblo, para dominarlo, lo de menos era la utilidad. Y se sigue haciendo hoy; las ayudas para comprar coches, los fondos E para el empleo, un nuevo recinto ferial. Qué más da si lo que se hace es o no provechoso, es o no útil; pensar a largo plazo es una quimera de cuatro años mal contados.

Dónde se fueron aquellos tiempos en los que lo políticos nos hacían creer que esta mierda despegaba rumbo a las estrellas; la sociedad del bienestar, del conocimiento, del pleno empleo a punta de pala. Cabrones ilusionistas.

Ayer llegó el jefe y puso un cartel grande en la oficina: “PROHIBIDO HABLAR DE LA COSA” porque claro todo el mundo, todo el santo día, todos los días, preguntando y hablando de la “cosa”:
-¿Qué? ¿Cómo va la cosa?
-Pués la cosa va fatal.
– Ojú ¡Qué mala está la cosa!

¡Al carajo con la cosa!

Mientras, por ahí van, las criaturas que aun aguantan, deambulando por escaleras que suben y luego bajan, por pasillos, despachos y oficinas sin corazones.

-No hay trabajo vuelva usted dentro de unos meses. Quizá cuando la primavera despunte.
-¿Qué primavera?
-¿Tiene usted experiencia?
– ¿En desesperación? ¿En rendirse?...
-¿Trabajó usted antes haciendo esto?
–Sí, hace tiempo, pero... no me pregunte por cumplir. Si no tiene trabajo, no me engañe.

Siguen esas calles de los polígonos con aquellos que antes madrugaban y ahora solo miran las ventanas, los talleres, las naves, los esqueletos de los camiones que se oxidan, locales en alquiler, solares llave en mano comidos de hierba, tierras baldías que crían malvas.

Y luego volver a casa; eso es lo peor; volver a casa, la carpeta de los curriculums vacía, la mañana tirada, las manos sin nada, las mentiras criando trampas en los oídos, los perros del desaliento ladrando.

¿Con qué fuerzas pisarás el suelo mañana? Cómo tendrás cojones, mañana, para volver a repetir la misma rutina de tu silencioso hundimiento, de este entierro largo y sin mortaja. Qué difícil para ti, mañana, poner los pies en un mundo sin caminos donde siempre es lunes, donde siempre es domingo.

Los que tenemos trabajo veremos la maldita cosa desde lejos, y pensaremos que el paro es como la muerte; triste, un drama, pero por suerte le tocará a otro. ¿Tanto se parecen?

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12 comentarios:

Blogger Mai Puvin ha dicho...

Excelente reflexión y mirada de esta dura realidad... Habrá que ver cuanto perdemos, los otros, los que "ganamos".

Abrazos y que la "cosa" vaya bien.

14 de febrero de 2010, 13:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy buen artículo. Nos vendieron la moto del mercado europeo, del pleno empleo, pero hoy como en el antiguo Egipto todo el tinglado está montado para que unos pocos vivan bien a costa de unos muchos... Por lo Egipto era una tierra más alegre, de sexualidad y exuberancia vivida a flor de pie... Qué tiempos aquellos de mirar un cielo azul y limpio y meter los pies en un Nilo lleno de peces.

14 de febrero de 2010, 14:22  
Blogger DANI ha dicho...

Lo jodido, es que cada vez nos acecha más la cosa. Yo la vi ayer tumbarse a mi lado.

Esta mañana ya no estaba, pero ronda por aqui ;(

Un texto genial!!!!!!

Un abrazo.

14 de febrero de 2010, 22:42  
Anonymous Anónimo ha dicho...

El cartelito de "prohibido hablar de la cosa" esta muy visto.Lo ponen gente que creen que mirando para otro lado,como el aveztruz ,se solucionará o al menos pasará. Mientras antes se afronte, antes lo asumiremos. Otra cosa será buscarle solucion¡
Un abrazo. Sigue así.

15 de febrero de 2010, 9:37  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¿Y si le preguntamos a los sindicatos por la cosa?

Pues nada, te vuelven la cabeza como la avestruz, porque ellos a cambio de dinero del gobierno que ha comprado sus silencios, tienen también colgado el cartelito "Prohibido hablar de la cosa".

Sinvergüenzas, degenerados, parásitos, que engañan a los trabajadores con retórica de tres al cuarto y luego se venden como rameras.

15 de febrero de 2010, 11:03  
Blogger José Manuel Martínez Limia ha dicho...

Hola Aureliano (y demás peña). Lo peor de "la cosa" es que no tiene solución. Me explico. Estamos en una red de la que no podemos escapar. Los sindicatos podrían haber convocado ya 20 huelgas generales pero, ¿en qué habría cambiado la situación?. Estad atentos a las medidas que se adopten en Grecia, porque tarde o temprano, más o menos, son las que se adoptarán aquí.

La única solución es a largo plazo, es en las que deberían estar trabajando las organizaciones de izquierda de verdad, pero no me jodas, éstas también están más cómodas en despachos bien pagados del ayuntamiento de Sevilla o de la Diputación (y pongo estos ejemplos para no irme muy lejos).

Saludos.

16 de febrero de 2010, 17:57  
Anonymous Harry Villegas Pombo ha dicho...

Estimado Aureliano, te recomiendo este artículo, si aún no lo has leído:

http://www.elpais.com/articulo/cultura/lucha/clases/ha/trasladado/interior/trabajador/elpepucul/20100126elpepicul_4/Tes

16 de febrero de 2010, 18:11  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Hola Amigos, Buenas noches.

En realidad creo que somos bichos raros por estar, por ejemplo, aquí hablando de esto.
Ese creo que es el principal problema; somos pocos los que nos planteamos que hay que ir más allá y dialogar, criticar, preguntarse por qué. Somos pocos y pocas, qué jodidos estamos. Y además de ser pocos el que más y el que menos es un tanto influenciable. - Esto lo digo por mí, que mientras escribo tomo unos sorbitos de un güisqui que me regalaron, es de una marca con nombre de chiva, casi na-

Bueno... que lo que vengo a decir es que una sociedad sólo avanza si esa sociedad produce bienes realmente necesarios. Pero hay que analizar muy bien qué es lo necesario, qué es un servicio necesario.

Ahí radica nuestro futuro, el futuro de nuestra sociedad; todo el mundo se debe desarrollar como un individuo que produce cosas y servicios que necesita la comunidad y que, por supuesto, sean sostenibles con las generaciones venideras, con el resto de seres vivos. Pero además que se sienta útil, realizado y recompensado.

Aquí es donde entran nuestros políticos, los sindicalistas, los empresarios y nosotros mismos.

Nuestro deber es producir ciudadanos felices. Lo demás es la autodestrucción.
Hablen y actúen los poderosos, los que saben más que yo, díganme, explíquenme, que necesita un individuo para ser feliz, qué le sobra. Esa es la salida de la crisis, de la gran crisis y eterna crisis del ser humano. De todas las crisis.

Gracias por intervenir. Gracias Harry por tu recomendación, un artículo muy bueno.

Por cierto Harry; a ver si te animas y haces un blog, creo que podrías contar muchas cosas. Como me dice a veces mi hijo para que juegue con él: Anda anímate, no seas tímido.

Buenas noches.

16 de febrero de 2010, 23:56  
Blogger Jaht ha dicho...

Uno piensa que esta "mierda" está llegando demasiado lejos, que los humanos, por muy "hijo putas" que seamos, no seríamos capaces de hacerlo tan mal si no fuera con la ayuda de un ser superior. Y uno, ateo hasta las cachas, empieza a creer que existe algo o alguien por encima o por debajo, de monstruosa y maligna fuerza distorsionadora.¿Cuando vamos a dejar de alimentar a este ser desconocido?.

17 de febrero de 2010, 13:57  
Anonymous Harry Villegas Pombo ha dicho...

Gracias Aureliano, pero en el fondo soy un casi analfabeto nacido en un bohío que escribe mal y piensa peor

17 de febrero de 2010, 19:23  
Blogger Carlos ha dicho...

Interesantísima lectura la de Harry Villegas.

Un abrazo.

17 de febrero de 2010, 23:30  
Blogger La sonrisa de Hiperion ha dicho...

Mañanita de sábado y repasando mis blogs favoritos. Un palcer siempre pasar por tu espacio.

Saludos y un abrazo.

20 de febrero de 2010, 14:11  

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