La primavera breve
El otoño es una primavera breve... si llueve.
Si no llueve es un verano largo... muy largo.
Aún los árboles sestean a las once de la noche,
y se ven marchitos, los pobres, con sus hojas famélicas,
sus lenguas mustias de sed, que se resignan dobladas,
que gimen con un lamento cansado y amarillo.
Las calles... feas, de rastros y de huellas...
de la mugre de los que quedan,
de churretes de orín por los rincones,
de papeles en el aliento de las cloacas;
es el otoño seco un otoño de ciudad sucia.
Y si lloviera, si las aguas vinieran con su esperanza,
este otoño de erial y de esterquera, de basuras y de plástico,
de aceras malolientes, de perros manchados,
de muladares de cenizas, de espinos y de cardos...
todo él se lo llevaría la lluvia, y la hierba bailaría de nuevo,
y los arroyuelos cantarían, con torrenteras, entre guijarros.
Y vendría, si lloviera, la tan querida primavera breve,
primavera corta, con la ebullición de las plantas dormidas,
de las gramas en las cunetas, del despertar de las semillas;
las sinfonía secreta de las raíces y las lombrices de tierra,
de las hojas y los tallos frescos que añoraban las cabras,
del resurgir del verde y del baño alegre de los gorriones.
Si lloviera... y viniera en el agua la primavera breve,
brotarían mil caracoles, de todas partes, por todas las grietas,
entre las piedras antiguas de los caminos...
y bajarían de los cardos, de los postes, de las alambreras,
se unirían todos, todos con todos, devueltos a la vida,
en la fiesta del otoño, y de su corta primavera...
Que si viniera con el otoño su tan preciosa primavera,
llegarían las tardes efímeras de los almendros,
de los álamos de plata y de oro en las riberas,
de los bellos árboles que se desnudan para el sueño;
entrando, un año más, en el cálido devenir del tiempo.
Si viniera, por los regajos, ese agua que tanto aman las ranas...
si regaran las nubes a todas las criaturas y a todos los caminos;
la tierra tendría su olor a tierra; los charcos, olvidados,
cambiarían el polvo tan muerto, por el barro tan vivo.
Agua, agua... que traiga ya el corto otoño de primavera.
Agua, agua... que venga a salvarnos la misma vida.
Que llueva un poco... que luego siga y que caiga clara.
Que venga ya, un buen otoño... con su primavera breve.
Etiquetas: Casipoemas.
5 comentarios:
Me parece que nos quedamos sin la segunda primavera este año.
Saludos
Que llegue ya!! Se esta haciendo de rogar demasiado esa otonada. Un abrazo aureliano.
Lo bueno de volver es esto... leerte esta y todas las entradas que he dejado pasar.
Ya estoy aquí amigo... con ganas de leer, disfrutar y aprender contigo.
Un enorme abrazo, compañero.
Aureliano,
No eres nuevo para mi.
Hace tiempo que sigo tu blog.
Y me gusta.
Saludos
A ver si el Otoño te escucha y el cielo llora un poco, porque ya no se ni donde vivo.
Un abrazo enorme
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