miércoles, noviembre 19, 2008

Mi oficio


Y aquí me tienen con mis redes, de día las coso, reparo sus heridas, los arañazos, las huellas de aquéllas que hacen daño, las que afiladas rompen, ensucian, envenenan... pero todas no son iguales.

Soy pescador, un viejo pescador. Al atardecer pongo en la corriente la trampa y por la mañana, casi aun dormido el Sol, me apresuro a la orilla a cobrar mis capturas, el día que quiere la providencia.

Es difícil pescar buenas palabras, esto ya no es como era antes, ahora una buena palabra tarda días, semanas... Todas, las que suele llevar el río, son palabras necias, vulgares, malsonantes, malnacidas.

La noche pasada tuve mucha suerte; pesqué dos bellísimas palabras. ¡Una pesca increíble! Pesqué “Chacha” y “Caterfa”.

¡Qué palabras! Como endulza “Chacha” las oraciones. “La Chacha Mercedes llegó en el viajero con una cesta preñada de panes” ¡Quién empezara un libro con esa frase! O “ El Chacho Juan perdió la gorra cuándo el tormentón de las Carbonillas”.

¡Qué suerte! ¡qué fortuna la mía! con mi bote de melocotones ahora lleno de palabras: “Chacha”, “Caterfa”...

Porque fueron dos... ¡También atrapé “Caterfa”! Esa palabra que encierra la prole hambrienta, menudos pobres, hijos de miseria, amor y viento. “Caterfa”, qué buena pieza.

¡Cuestan tanto las buenas palabras! pero en fin, ¿Es tiempo, a estas alturas, de perder la paciencia? Mejor sigo con las redes, esta noche puede que me entre una “Abrea” o una “Chirricaela”, o tal vez un par de palabras de huerta; ¿“Hocino” , “Almaciga”? o una sonora... “Rimbombante”. Ojalá tenga suerte. Que estos huesos ya no saben hacer otra cosa. Sólo pescar palabras.

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8 comentarios:

Blogger José Manuel Martínez Limia ha dicho...

Cierto que es complicado pescar buenas palabras. Pero es obvio que no todo en la vida son atardeceres magníficos como los de la fotografía. A veces hay tormentas y naufragios, aunque nosotros estemos de espaldas y no los veamos, o no queramos verlos. En fin lo importante es que siempre, siempre, después de una tormenta está Turner.

19 de noviembre de 2008, 11:45  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Supongo que ya lo sabes pero aún así .... Caterfa viene de Caterva y debe ser una deformación de esta última.

19 de noviembre de 2008, 15:26  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Las palabras son lo que son, por lo que significan, no para el Diccionario de la RAE, sino para cada uno de nosotros. Palabras tenemos para trabajar, esas de andar por casa, otras para ir de copas, para la mujer, para el amigo, palabras para el verano o la noche. Esas de los niños, tan sencillas, las que fueron del colegio, las que se olvidan...
Muchas aun sin saber que significado guardan nos traen recuerdos, sensaciones. Bonito oficio el de las palabras. Bonito texto.

19 de noviembre de 2008, 18:25  
Blogger Pelayo ha dicho...

No dejes de pescar palabras en el océano de tu corazón y de tu mente amigo Aureliano, tus redes son un tesoro.

19 de noviembre de 2008, 18:27  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Tus palabras,me han hecho de semtir mucha nostalgia, y ala vez me has hecho muy feliz.
F.S.M.

19 de noviembre de 2008, 22:19  
Blogger El que parte y reparte ha dicho...

pues seguramente soy más capitalista de lo que parece mi escrito pero es que si uno se para a pensar... y esta vez te dio por pescar , en la próxima, cazarás? un saludo ! ;)

20 de noviembre de 2008, 0:39  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¿Somos snobs cuando utilizamos "idiosincrasia", "badulaque", "abaceria", "circunloquio" "soliloquio", etc. etc.?

20 de noviembre de 2008, 15:15  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Yo creo "A Galopar" que no.

Las palabras son como guijarros diferentes recogidos mientras andamos.

Afortunados aquellos que llevan los bolsillos llenos. Mientras más colores, más formas diferentes mejor.

Pero también se pueden utilizar para darle una pedrada a un amigo.

Nota: Muy buena pesca de comentarios, gracias a todos.

20 de noviembre de 2008, 23:17  

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