miércoles, abril 21, 2010

Corderitos


Cuando cambié de curso pensaba que todo sería mejor, pero nada más lejos de la realidad, las clases son larguísimas y algunos profesores me hacen sentir como una mierda de pájaro pegada a sus zapatos. Esta mañana no supe decir la tabla del ocho y eso me costó media hora de castigo, de rodillas, en un suelo durísimo. Cuando me levanté apenas podía moverme. Ahora parece que los huesos ya volvieron a su sitio.

De todas formas debo dar gracias a Dios, como dice el Padre Nazario, peor viven los niños de la calle. Aquí no nos falta el plato de sopa, el mendrugo de pan y una cama seca. El padre Nazario es un buen hombre, me habla de cosas sorprendentes, libros maravillosos, de los grandes genios de la ciencia... Tal vez lo que me pasa no sea culpa de nadie, y mi madre muriera sin parientes ni amigos, por eso de esta soledad.

Bueno, el día ya terminó, espero que mañana pueda dominar los nervios de las dichosas matemáticas. Ocho por una ocho, ocho por dos dieciséis, ocho por ... Fuera debe hacer frío; se oye el viento queriendo colarse por las rendijas. Hay por algún sitio una portezuela, medio abierta, haciendo ruido, y un gatito maúlla, muy bajito, a lo lejos. Todos los demás niños están en silencio; cada uno en su cama, seré yo el único que queda despierto en esta larga y fría sala.

Don Casto se acerca desde el fondo, va apagando todas las luces y ha dejado sólo atrás la bombilla de la entrada de su habitación. Es un hombre gigante, gordo y sonrosado. Tiene una nariz rechoncha y muy poco pelo; tan sólo una estrecha franja en el cogote. Es serio y muy callado, siempre dice las mismas frases: “¡Todos a dormir!” , “Duerman, señores, con Dios”

Voy a cerrar los ojos no sea que me vea y me riña, mejor parecer que también duermo... Sí, me haré el dormido... Oigo su respiración, debe estar ahora mismo a los pies de mi cama...

.../...

Ahora no oigo nada... ¿Habrá pasado ya?... Sí, seguro que ya ha pasado.

-¡Señor, señor! ¿Aun despierto granuja?
-No padre me desveló el viento, ya duermo descuide...

-¿Viento? ¡Habrase visto! Lo que pasa es que tenéis que dar ruido hasta el último momento...

.../...

- Si el viento te asusta no te preocupes, esta noche puedes dormir conmigo, en mi habitación, en mi cama, verás que a gusto vamos a estar los dos tapaditos.

-Pero... Don Casto, si yo estoy aquí muy bien...
-No me lleves la contraria mequetrefe, venga tira para el cuarto.

Tengo un poco de miedo, quizás el padre me aplaste, es tan grande... Pero no puedo contrariarlo, ya sé el genio que se gasta, así que mejor me meto en su cama.
La habitación es pequeña, hay una mesa oscura y una silla vieja de madera, las paredes son amarillentas, hay un cuadro en una de ellas; una bonita Virgen con un niño regordete cogido en brazos.

Me meto en su cama, que huele a pan mohoso, él acaba de apagar la luz, oigo el ruido de sus ropas cayendo sobre la silla. Está tosiendo y rezando; entre tos y rezo le oigo algo así como: “Cordero de Dios... cordero, cordero” E imagino corderitos pequeños, como si los viera; blanquitos, sedosos; corriendo por un prado, un día radiante de sol todos jugando, saltando de contentos...

Ya se mete en la cama, el colchón cruje; parece el catre un mar en tempestad, él es como un barco enorme, bestial, y yo, muy pegado a la gran mole; una simple barquilla a punto de hundirse...

-Ahora para entrar en calor, antes de dormir, te frotaré un poco. Luego me tienes que frotar tu a mí, ¿Vale?
-Pero... padre no tengo frío, tengo sueño.

- Mira estate en silencio, verás, dentro de un momento, lo calentitos que vamos a estar.

.../...

-¡No padre!, ¡no quiero quitarme el pijama!

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11 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Buen relato, volveré a por más.

21 de abril de 2010, 23:05  
Anonymous juan el bautista ha dicho...

Enhorabuena por tu contribución a la campaña de desprestigio hacia la iglesia católica, a que se siga explotando el tema de que en la iglesia todos los sacerdotes son pederastas. ¿No te parece que ya está bien explotadito el tema?
Quisiera preguntarte ¿a cuantos sacerdotes has conocido tu que abusaran de niños? Te respondo yo: A ninguno, pero claro como ha habido algunos, porque de todo hay en la viña del señor, pues ya paga el pato toda la iglesia y la comunidad cristiana.

Una vez uno mató a un gato y le pusieron matagatos. Venga ya hombre con tanta demagogia barata.Desde luego, los anti-iglesia ya no os conformais con ser ateos, sino que a huevos quereis imponer al resto de la sociedad vuestro ateismo. Como instrumento para ello, utilizais una y otra vez los mismos argumentos hasta sacarle todo el rendimiento posible a un rancio discurso demagógico que ya suena cansino.

Dejad en paz de una vez por todas a la iglesia y a la comunidad cristiana y seguid en vuestro ateismo que a nosostros los creyentes no nos molesta.

22 de abril de 2010, 12:52  
Blogger José Manuel Martínez Limia ha dicho...

Mal va la Iglesia, Juan, si un pequeño blog, de un pequeño pueblo, de una pequeña provincia del mundo, la desprestigia.

Sí, de hecho va mal, como, afortunadamente, todo lo que se basa en el miedo.

22 de abril de 2010, 21:34  
Blogger DANI ha dicho...

Jodidas sotanas!! Aún se me ponen los pelos de punta cuando veo una.

Un abrazo amigo.

22 de abril de 2010, 22:12  
Anonymous Una voz en el desierto ha dicho...

Si Juan el bautista viviera hoy y en las aguas del Jordan o del Guadiamar, tuviera entre sus manos a los curas pederastas ¿pensais que los dejaría sacar la cabeza cuando les diera la bendición? jeje.

22 de abril de 2010, 22:19  
Blogger Belén ha dicho...

Duro, y asqueroso... no el relato, por supuesto...

Besicos

22 de abril de 2010, 23:34  
Blogger La sonrisa de Hiperion ha dicho...

Corderitos en un mundo de lobos... Mundo irreal este del mes de abril, entre sueños y olvidos... Genial como siempre.

Saludos y un abrazo enorme.

23 de abril de 2010, 17:12  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Gracias a todos por vuestros comentarios. Quizás sea para mí, en cierta forma, la manera de cobrar por lo que escribo.

Ahora intentaré contestarle señor Juan Bautista pues por su tono parece que mi texto no le ha dejado indiferente, cosa que me congratula.

Señor Juan: El escritor –entendido como persona que escribe- no puede decidir de lo que escribe; me siento frente a la pantalla y aporreo las teclas del ordenador y escribo de lo que se me ocurre. Ojalá pudiera escribir más, por ejemplo, de erotismo, de aventuras, de Historia, o de amor, no sé, hay tantas cosas de las que me gustaría escribir... Pero no puedo. Escribo de lo que puedo, no de lo que quiero. Creo que, por eso, al escritor no se le debe cuestionar de lo que escribe. Se le puede criticar cómo lo ha escrito, las faltas de ortografías, los errores de semántica, pero que usted me cuestione qué por qué escribo una historia de un pederasta le pido, con todos los respetos, que entienda que escribo lo que me sale, no de lo que quisiera.

Ahora bien, estoy encantado en responderle;

No conozco a ningún cura pederasta. El caso es que pienso que no tiene nada que ver una cosa con la otra, y que un médico, un fontanero, un ferroviario y un cura tienen la misma posibilidad de ser pederastas, pero sí creo que es doblemente reprobable que los guardianes de la moral sean los mismos que abusen de los débiles, y por eso sea que quizás me fijara en este tema y escribiera sobre él. Luego vienen otros condicionantes como que me parece muy débil la respuesta que han venido dando a estos casos los que mandan en la Iglesia. O que creo sea una estupidez que un señor cura no pueda tener esposa, esposo o amantes, porque pienso que borrar la sexualidad de las personas no es bueno, puede ser incluso perjudicial.

Señor Juan, son muy pocos los curas que abusan de niños, pero son, sin duda, demasiados.

Sobre lo del ateismo no quiero extenderme sólo decirle que si soy ateo no es por mi culpa: si Dios se empeñara un poquito en demostrar que existe nos haría a los ateos un favor impagable.

Terminar diciéndole que en su última frase me pide que deje en paz a la Iglesia y a la comunidad cristiana, ¿Por qué tengo que dejarlos en paz, los he ofendido? Sólo he escrito una historia, no hay que darle más vueltas.

24 de abril de 2010, 1:06  
Blogger J.Joaquín Santos ha dicho...

Hola Aureliano!!

Se puede discutir del fondo de tu historia, de si es o no ofensiva, pero de lo que no se puede discutir es de la exquisitez en tus respuestas; siempre correcto, educado y elegante..., características éstas, que definen por si sólas a personas intelectualmente bien amuebladas, y que sin buscarlo dejan en evidencia a otros comentarios aquí expuestos.

Un saludo y ánimo con otra historia. Ya toca que nos deleites con una, esta vez al servicio del medio ambiente!! Je, je...

24 de abril de 2010, 12:22  
Anonymous Carmensita ha dicho...

Como en muchas ocasiones, no sé si me gustó mas tu relato o tus respuestas. Un beso

24 de abril de 2010, 16:10  
Blogger Jaht ha dicho...

Aureliano, ahora que no nos oye nadie, yo estuve en un seminario de aquellos que impartían educación, becada por el régimen, a los niños pobres del país (que éramos más de la mitad).Puedo asegurar que ese tipo de comportamientos abusivos, por parte de algunos socerdotes, era normal e incluso habitual: los lametones del padre rector a las orejas de los niños pecadores en el momento de la confesión cuerpo a cuerpo eran de dominio público; los favoritismos con los más guapos, los masajes pre y post partido de fútbol...Eso sí, lo único escandaloso fue cuando se descubrió que uno de los curas se lo hacía con una señora de cuarenta años y decidieron expulsarlo, imagino que por su falta de atención hacia los pequeños.

Decirle, si me lo permites, al señor Bautista que flaco favor hacen él y los que piensan como él a la Iglesia intentando ocultar verdades como puños (de las que por cierto solo conocemos una pequeñísima parte)y dando "vidilla" a seres enfermos y repugnantes, que deberían estar en el psiquiátrico o entre rejas.
La Iglesia debería ser otra cosa señor Juan. Se lo dice un ateo respetuoso que conoce el evangelio, uno de los documentos más alejados de la realidad jerárquica y del ejemplo de sus ministros.

Salud y suerte, Aureliano.

25 de abril de 2010, 17:50  

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