miércoles, septiembre 07, 2011







Cogeora






Son las ramas del olivo
manos dulces pagadoras,
que dan sumisas su tributo
a las buenas cogeoras.

¡Ay! señora del olivo,
manzanilla ser quisiera,
me encerraras en tu mano,
y fueras tú mi carcelera.

Cogeora mañanera,
que el pretil de tu sombrero
no me tape a mí la vista
de tus ojos pintureros.

Que las ramas de ese árbol
no te hagan a ti daño,
que los buenos talaores
te defiendan cada año.

Verruguita que te duela,
con amores quitaría,
que tus dedos se lastiman,
cogeora de mi "vía".

Ese olivo enamorado
que te tiene a su vera
acaricia con su sombra
tu sombrita aceitunera.

Mujer guapa de aceitunas,
agujas ciñen tus riñones,
mientras buscas la fortuna,
entre piedras y terrones.

Campesina de la tierra,
del olivo tempranero,
tus babuchas son de esparto,
y tus pechos caramelos.

¿Quién pudiera ser olivo?
¿Quién pudiera ser eterno?
Mi preciosa cogeora.
Tanto amor y no te tengo.

Que amor sin una amada,
es amor de los peores.
Yo te quiero sin ser nada.
¡Mira tú que mal de amores!

Tierna frente en el calor,
tierna espalda, tiernas horas,
que yo paso embobado
de mi bella cogeora.

Si me viera el manigero,
lo que siempre estoy mirando,
me pegaba cuatro voces,
me largaba de aquí andando.

Y son las lunas de tus ojos
las olivas más morenas.
¡Qué pena quererte tanto!
¡Qué pena que no me quieras!

















...

Etiquetas:

5 comentarios:

Anonymous Carmencita ha dicho...

Pero cómo se puede ser tan bueno?
Un beso

7 de septiembre de 2011, 2:00  
Blogger DANI ha dicho...

JOer amigo, eres un crack :)))

Un abrazo enorme

8 de septiembre de 2011, 17:25  
Blogger tartésico ha dicho...

Maestro esta poesia es pa enmarcarla.
Buenísima.

10 de septiembre de 2011, 17:37  
Anonymous A Galopar ha dicho...

¿Sabes que es la envidia? Desear escribir poesia como tu lo haces.

11 de septiembre de 2011, 13:37  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Gracias a todos por vuestras palabras. Este poema me salió casi sólo, y no lo digo por fardar; el mérito fue del momento, y quizá no me vuelva ese momento bueno de poeta hasta dentro de mucho tiempo. ¿Quién sabe? Lo importante es no dejar pasar ese soplo, aprovecharlo para que nazca algo, lo que sea, por ejemplo un poema. Un abrazo fuerte.

11 de septiembre de 2011, 23:47  

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