miércoles, mayo 21, 2008

Amigo Sócrates.


Y no me imaginaba amigo Sócrates, cuanto de común tengo contigo en esta búsqueda constante por hallar el camino a la verdad, la meta por alcanzar el discernimiento entre lo bueno y lo malo, pues seguro, como bien decías, nadie hace el mal a sabiendas.

Han pasado 2.500 años, mal contados, desde que sembraste la duda en el conocimiento, pues nadie que crea saberlo todo podrá alcanzarlo, hay que buscarlo desde la curiosidad, con ganas de aprender, con la aceptación inequívoca de nuestra ignorancia, solo con eso iremos poniendo el píe en su senda.

Te echo de menos, Sócrates, desde aquel día que tomaste aquel veneno ando perdido en este sucio mundo de pantomima, dónde a la hora que sea, esté donde esté, los poderosos quieren empañar la verdad, enturbiarla con mensajes superficiales, venderme lo que no necesito, ensañarme lo que no debería saber, mostrarme las ciento y una cosas que me hacen más mendrugo.

¿Y en tu juicio?, Sócrates, ¡no entendí tu defensa!. Como incendiaste las iras del maltrecho jurado. Como les recriminaste que en vez de juzgarte debería el Estado alimentarte gratuitamente por tus enseñanzas. Pero lo que no te perdonaré fue tu elección del suicidio al destierro. Y no es esto un reproche, nada de eso maestro, me llena de mal humor saber que yo en tu lugar habría huido, habría cogido mis cuatro cosas y marchado lejos. Pero tu, cabezota, abierta la ventana para el vuelo, escogiste las yerbas asesinas y nos dejaste lastre de conciencia, pues pocos habríamos obrado como tu, y pocos habrán de venir que defiendan la verdad con su vida.

En fin, amigo, ya ves, poco ha cambiado el mundo sin ti; seguimos lejos de la verdad, la curiosidad por el saber se ahoga entre discursos variopintos; futboleros, famosillos, trapicheos de poco pelo, pasatiempos de diversa índole. Seguimos sin saber que es el bien, dónde está el mal, y los que dirigen esto son los más ignorantes, los más irresponsables; por ejemplo prefieren gastar el dinero en bombas de racimo que en libros.

No sé Sócrates, el tiempo ha pasado y yo tan catastrofista como siempre. Pero es que no hace tanto que Roma echaba los cristianos a los leones, al poco, los comidos achicharraron vivos a médicos y astrónomos, hace nada expulsamos, como a perros, a musulmanes y judíos sin importarnos ni edad, ni siglos de convivencia.

Estamos tan lejos, Sócrates; las almas en los hornos crematorios, limpiezas étnicas, los terrorismos y sus suicidas, las guerras del petróleo, el desprecio total a la Tierra.

Seguimos Sócrates sin saber nada.
El orgullo por mi especie, irrecuperable.
Cada vez más lejos de la verdad.

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3 comentarios:

Blogger José Manuel Martínez Limia ha dicho...

Parece que has leído a Platón. No sé si todo o parte, y no sé si has leído La República. Si no es así lee la metáfora de la Caverna. Platón pensaba que la verdad estaba detrás nuestra, que no podíamos verla, salvo por sus sombras.

22 de mayo de 2008, 10:57  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Si el maestro Seneca levantara la cabeza...estaria bien que le llegase esta carta Aureliano,sabria que no nos hemos olvidado ni de su persona ni de su sabiduria.La mayeustica brilla en tus articulos.
Un saludo

22 de mayo de 2008, 22:58  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Gracias Limia por tus consejos, en general he leído poco, pero quiero dedicar todo el tiempo que pueda a ello, así que seguro seguiré tus consejos. Ya tengo de tu lista varios títulos, como el de “ Guerra del Tiempo” y “¿Quién rompió las rejas de Monte Lupo?”,

Para saber de Sócrates hay que leer sin remedio a Platón, pues éste fue su más aventajado discípulo y Sócrates no dejó nada escrito, era como si no quisiera "perder" el tiempo en escribir y directamente se pusiera a enseñar.

A j.i. decirle que le disculpo el lapsus al cambiar el nombre de Sócrates por otro gran filósofo y político; Séneca. Pero si bien erró, por un descuido, si acertó de pleno en el método, la mayeustica, el método de Sócrates que literalmente significa dar a luz, parir el conocimiento utilizando el diálogo, la crítica, el análisis.

Un abrazo a los dos, espero volver pronto a contar con vuestros comentarios.

25 de mayo de 2008, 23:06  

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