lunes, mayo 26, 2008

De matos y cometas


Al principio sólo eran hojitas. De las pequeñas semillas de melón, enterradas con mimo entre los toscos terrones, brotaban diminutas y vivaces plántulas. Tras los miles de nacimientos tuvimos que desmamonarlas, decidir cuales son las dos que mejor te caen, pues el resto las arrancas sin compasiones ni lástimas.
Tras desmamonar, escardar; la guerra contra las malas hierbas. Aunque más apropiado sería decir; contra las que económicamente no convienen. Luego la reja, quebrando la asesina sartaneja que parte la tierra en canal para secarla y matarla desde abajo. El riego, que no falte. Las plagas; la palomita y el hongo. Y después, bendito después, la explosión del verde, muchas hojas, miles, millones, como manos verdes aplaudiendo a la vida. Todo de un verde verdadero que cubre, en desbandada, lo que antes era marrón y estéril. Y al final, tras el festín de las abejas y las mariposas de colores, los melones aparecerán como salidos de la nada, con prisa por escapar de la mata, ansiosos por cantar su crujido ante los comensales de cualquier mesa.

El melonero, calibrará con un sentido desconocido la madurez, cortará los elegidos y luego, en el sombrajo, bajo sus sonoras cañas, sestearán la calima en un sueño dulce de caramelo y agua. Verdes pastelillos de tierra, sol, agua y sudor.

En una esquina el “Águila Negra”, la cometa que me fabricara mi padre, aguardando la marea, esperando el maravilloso viento de poniente. Porque, cuando la tarde sea fresca, volará con sus cañas y su plástico. Y más abajo, agarrando el hilo del tirante cáñamo, habrá un niño de pueblo con el viento a su espalda mirando al cielo y, entre sus piés, millones de grillos huyendo del oeste, como si temieran que el sol, al ponerse, fuera a incendiar el horizonte.

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5 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Buscar bajo la tierra el búcaro fresquito, salir a ver la siembra de melones como gritos, recorrer el mato andando, arando, despacito, meterse en el sombrajo, volver de nuevo al sitio, y alargar navaja y calo, y darse uno un gustito. Unos a echar un cigarro y otros un cantecito, y la tierra a dar sus frutos, y a regar al solecito.

26 de mayo de 2008, 23:57  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Aureliano;

Cada vez que leo un articulo me salen palabras por si solas pero cuando intento contestarte me pide no se que contraseña. Explícame que he de hacer para contestarte sobre la marcha.

Por cierto, ya los he leído todos, la inmensa mayoría son magistrales, pero dime si tengo que imprimirlos o los publicaras en un futuro. Espero que si.

Un abrazo.

27 de mayo de 2008, 14:50  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Amigo; escribes, maracas el círculo de anónimo y luego picas en "Publicar comentario", luego yo compruebo que quien escribe lo hace con respeto, como siempre ha sido hasta ahora y lo publico.

Amigo, sabes que soy aficionado de muchas cosas y maestro de nada, no creo que estos fogonazos de inspiración se publiquen nunca, tengo aun tanto que aprender, que quizás nunca lo consiga, por ahora conque te guste y se disfruten me doy muy satisfecho.

Nota: El día menos pensado sales en uno de los escritos pues mi infancia y la tuya fueron siempre de la mano.

Un abrazo amigo.

27 de mayo de 2008, 14:58  
Blogger francisco romero ha dicho...

Buenas Aureliano, me encanta este último texto suyo, y la foto...es genial. La unión de colores que se puede observar en ella es impresionante. Otra vez consigues sorprendernos con unas de sus instantaneas.
Imagino que ahora nos tendrás sin novedades hasta después de feria, que por cierto, aprovecho para desearle unas felices fiestas y "que nos veremos en el real".
Un saludo,

29 de mayo de 2008, 9:11  
Blogger Felipe Marín Álvarez ha dicho...

Decirle a "amiabuelo" que ha estado con su comentario "sembrao".

Muchas gracias por tu regalo. Se nota, para nuestra fortuna, que también tu has sido melonero.

No dejes, por favor, de escribir por aquí cada vez que gustes.

A mi amigo Romero, que por favor no me llame más de usted.
Que la foto es fresca como la fruta, la hice el pasado sábado y me encantó desde el principio, sin falsas modestias el mérito es de la fruta no mío.
Sobre la feria decirte que como mi buen amigo Juan Ramón Jiménez, no soy muy dado a ferias, procesiones y tumultos. Más bien prefiero aprovechar esos días en los que el campo queda desierto para salir con Platero a ver si el trigo sigue secándose. Aun así no volveré a escribir hasta el próximo domingo. Quizás.
Felices Fiestas.

29 de mayo de 2008, 15:53  

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