Las uñas

Que además de trabajar pensamos;
actores de un tinglado de pan y circo
y meretrices de saldo y esquina;
que este sistema de pies de barro,
donde las trabajadoras olvidadas,
se espabilan y miran de frente,
a los ojos sucios del maleado dinero.
Que este invento no funciona,
que solo engaña, que nada puede
sin el brazo del peón caminero
sin los dedos eléctricos del oficinista
sin el despertador, sin el mono azul,
sin la sirena del tiempo vendido,
sin los poros sudados de las hormigas.
Ahora una huelga general nos purifica;
viene a limpiarnos de aquel aliento
que nos quiere hacer presas y presos,
la huelga llana, conciencia reclama.
Podemos decir que esto no nos gusta,
podemos levantar la voz y gritar fuerte;
que paren las ruedas; que somos uno solo,
que por un día, tan solo por una horas,
enseñamos las uñas, y éstas se saben,
de que hoy quieren defender su mañana.
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