sábado, noviembre 27, 2010

Gerenero: ten presente

cuando vayas a votar
-si eres obrero consciente-
quién puede representar
tu clase más dignamente.

Vótate un Ayuntamiento
de honrados trabajadores.
no des tu consentimiento
a hipócritas vividores
que suelen vivir del cuento.

Que tu voto gerenero
te sirva para elegir
a un Ayuntamiento obrero
que sólo aspira a servir
sin ambición de un logrero.

Juan Antonio Ramírez
(1912 - 1980)

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domingo, noviembre 21, 2010

Panete y Juaneque


.../...

-¡Pero hombre Panete!, lo que no puede ser no es y además es imposible; el pueblo no se puede quedar aislado del mundo, no podéis hacer de él un gueto aparte de la humanidad. Las ciudades crecen y vosotros no podéis frenar el avance del desarrollo.

-Vamos a ver Juaneque, me conoces desde hace... ¿Cuánto hace?, ¿cuarenta?, ¿cincuenta?; bueno desde toda la vida, y sabes que no me gusta irme por las ramas: una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Yo no estoy en contra del desarrollo, lo que no me parece normal es ponerle el culo a todos los que quieran ganarse los cuartos con los trajimanejes del pelotazo. Que el cuento ese está muy visto Juaneque, que hoy esta tierra vale dos gordas, y mañana los mismos terrones valen un capital.

-Pero Panete, que no digo yo que lo que no es no sea. Lo que digo es que este pueblo es una perita en dulce, y que cuando una ciudad grande necesita suelo va y lo toma. Que esto es lo de todos los sitios, ¿o te crees tú que si en Camas los cameros hubieran dicho que no, el pueblo tendría hoy en día las mismas cuatro calles? A ver Panete ¿tú crees que si a Sevilla le hace falta casas, un pueblo se puede negar a que la capital crezca?

-Vamos a ver Juaneque, ¿entonces qué me estás diciendo que mi pueblo no es mío? ¿Que yo no pinto nada? ¿Que si a mí me gusta como es: tranquilo, pequeño..., -¡qué siga siendo pueblo!- entonces que me “joa”?

-A ver Panete, yo no digo que sea justo, digo que es así, el mundo siempre ha sido así. Las grandes ciudades van creciendo y a los pueblos del extrarradio se los va comiendo. Esa es la realidad, aceptarlo es de realista.

-Pero Juaneque, este pueblo no está tan cerca, lo mismo dentro de cincuenta años es inevitable, ¿pero ahora?, ¡hay aún mucha tierra de por medio!

-Sí Panete, pero la autovía está a un paso, y a la gente no le importa llevarse todos los días una hora en el coche; eso es el progreso, no le des más vueltas. Acéptalo como inevitable.

-Entonces... Juaneque, ¿debo resignarme?... ¡Mira, pues no! Estoy en contra de que en unos años esto se convierta en un montón de casas, en un montón de gente, que no serán ni de aquí ni de allá. Pues a esa gente lo mismo le dará comprarse las casas en este pueblo que en el de al lado. Ellos vendrán buscando el mejor precio. No puedo Juaneque darte la razón. Así se pierde el pueblo. ¿Dónde quedarán luego esas cosas nuestras de los catetos de aquí?

-En el recuerdo, amigo Panete, en el recuerdo... No te digo yo que me des la razón. Te estoy explicando la lógica del asunto. Y es verdad que esto afectará al pueblo. Esto al gerenero de a pié no le traerá beneficio. El crecimiento no tiene por qué ser bueno, puede traer más contaminación, más inseguridad, más coches; otra forma de vida. Yo lo que te digo es que es algo inevitable.

-Amigo Juaneque ¿sabes una cosa? Por lo menos tú eres sincero. Me dices que pasará lo que tiene que pasar, pero no me dices que un gran crecimiento del pueblo será bueno para mí ni para los vecinos. ¿Sabes Juaneque? Por eso me gusta charlar contigo, porque veo que dices la verdad. Lo que me enerva es el mensaje de aquellos que dicen que será bueno, y te lo tienes que creer porque sí.

-Mira amigo Panete, el que diga que el crecimiento brutal de un pueblo es bueno para el pueblo ese simplemente es un necio. -¿Alguna vez fue bueno para tantos pueblos que ya crecieron?- Ahora bien, también los hay de otra clase, y esos son los más abundantes; los que hablan en nombre de sus cuentas corrientes.
¿Si tus olivos, amigo Panete, mañana pasaran a ser terreno urbano estarías también en contra del nuevo PGOU?

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sábado, noviembre 20, 2010

¿Alguien quiere defender el nuevo PGOU?

La Tertulia Ágora Gerena está organizando la II sesión de debate y el tema elegido es el PGOU. Hemos invitado a la Concejal de Urbanismo, señora Margari Gutiérrez, que no quiere venir, hemos invitado al Ayuntamiento, para que nos mande a cualquier miembro de la institución, al que ellos quieran, pero tampoco quiere venir nadie. Haciendo una excepción (porque no hay invitado ningún grupo político a esta sesión) hemos invitado al PSOE, pero declinan amablemente la invitación. Nuestro deseo es hacer una Tertulia plural, con todas las opiniones representadas en igualdad de condiciones. Por tanto lanzamos esta pregunta a toda la ciudadanía: ya que nadie del PSOE, ni del equipo de gobierno, quiere defender su propuesta, ¿Hay alguien que quiera acudir a defender el PGOU de Gerena?

Tertulia Ágora Gerena

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sábado, noviembre 13, 2010

Perdonen; yo no quería


Me he dado cuenta de que ya no tengo nada que decir. Y de que nada de lo que escribo vale una mierda.
Me he dado cuenta de que mis hijos crecen rápido y de que siempre tengo cosas importantes que hacer que nunca hago. Que todo lo voy dejando o por empezar o por terminar. Mi vida misma es un proyecto azaroso a medio hacer.

He dejado de querer todas las cosas que me han sido impuestas. Aunque esas cosas tengan pelo y cuatro patas.

Me he dado cuenta de que ya no quiero comprar nada, y de que casi nada de lo que me venden merece ser mirado. Que el tiempo que invertí matando neuronas frente a los televisores, la play y el ordenador, nunca será comparable con el tiempo que aproveché mirandola a ella.

De que la música es la mejor compañera. Y que la soledad del ruido es la peor de todas.

Me he dado cuenta de que ya nunca querré más ir de invitado a ningún sitio, y que jamás disfrutaré por pisar nada que no sea único e irrepetible. Que algún día la comida que me hace aún mi madre será sólo un recuerdo lastimero (Hoy hizo arroz con conejo y te juro que el “Adriá”, a su lado, ni hacer huevos fritos sabe).

Me he dado cuenta que el “Hola” es una revista muy útil; la textura y el tamaño de sus hojas, con esas “gachises” emperifolladas, tienen la forma perfecta para recoger los premios con los que mis perillos van minando las aceras. Algunas veces me pongo a leer blogs y comentarios en el móvil, mientras ellos defecan, y sigo andando sin darme cuenta del peligroso regalo que uno de ellos dejó justo al doblar la esquina (tengo una de esas correas que parecen la cuerda de una persiana, y que si sigo andando y los perros paran, la correa crece y crece). Perdonen; yo no quería. Si ven una cosa marrón al doblar la esquina fue por culpa de los blogs que frecuento. O por el comentario que dejó una tal Matilda. Si la pisan, no lo duden, es una mierda.

Me he dado cuenta de que eso de que Telecinco no salga en papel es una verdadera putada. Por lo menos tendría esa utilidad que tiene el “Hola” para los alfajores de mis perros.

Así es la vida de un decadente cenizo; descarga su negatividad en cualquier cosa. Hoy he querido descargar mi odio en ese canal de mierda que se llama Telecinco.

Voto porque en el Real Diccionario de la Lengua Española, en la primera acepción de la palabra “Mierda” ponga: Telecinco.

Nota: la foto que ilustra esta entrada está hecha ahora mismo con mi móvil, a mi acuario. El señor del fondo es el padre de Jesulín, mientras llora, en un programa de Telecinco.

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miércoles, noviembre 10, 2010


jueves, noviembre 04, 2010

Noticias que te dejan el cuerpo raro





Noticia que daba ayer el Telediario:

EL PARO:

EN EL PAIS VASCO ES DEL 8 %.

EN ANDALUCÍA DEL 28 %.

El mismo telediario decía que la economía del País Vasco estaba sustentada por la industria y que la de Andalucía en la construcción y el turismo.


¿Alguien me puede explicar si la culpa es de todos nosotros los andaluces en general? ¿O de algunos más que de otros?

¿Qué deberíamos hacer para que, a partir de mañana, nos pareciéramos más a los Vascos?

(No me digan que ponernos a construir casas con chapelas en vez de cascos. No está la cosa para bromas).






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lunes, noviembre 01, 2010

La tela es eso


Ya está dicho, lo tienen claro, lo dicen claro: “La Gerena del tractor no vale: mejor la de la locomotora”. Y me pregunto yo si a esa locomotora le importa Gerena un carajo.

Claro está que a ese tren le interesan las matemáticas: multiplicar; de por sí es poco imaginativo; multiplicación de lo que ya hay: casas, casas, casas.

Alguna explicación habrá -digo yo-: la fecundidad del personal podría compararse a la de una gomia de conejos salidos, pero no; se hacen casas para venderlas, para ganar dinero, para que la gente venga a vivir aquí; la gente que vendrá si esto es más barato, sólo será cosa de precios, y tanta gente vendrá, que esto se acabará pareciendo al lugar de donde viene la gente.

¡Vengan! ¡Vengan! ¡Más barato a sólo un rato!
¡Vengan! ¡Compren! ¡Urbanizaciones que no falten!

Todo es lícito, todo está en regla; unos se enteran que allí se podrá construir, tienen posibles, y compran tierra. Luego los políticos dan el pistoletazo de salida: ¡adelante, que empiece la quimera del oro! Y vendrá el promotor, -si la tajada se la come uno sólo mejor que dos- y se comprometerá a hacer cosas -que luego no hará-, a construir cosas buenas, grandes cosas, para todos, para nosotros...; el promotor, el gran benefactor; ¡ No lo duden!: ¡Pongan un promotor en su vida!


Promotor, prometer; prometer es fácil, es cuestión de tripas; si las tripas aguantan la promesas no dan ardores. Y los bancos abrirán la mano -ay los bancos-, qué buenos son los bancos, buenos amigos, los más rápidos en zanjar disputas, especialistas en la puñalada trapera sin anestesia. Ya está el sofrito preparado amigos; todos los ingredientes listos para comenzar la obra. El desarrollo llenará los ojos; la panacea. Y el aire soplará unos años al son de la burbuja.

Pero que nadie se engañe, que no nos engañen; un pueblo no puede depender de la venta de suelo y de la proliferación de casas para subsistir. Eso es para un pueblo sin futuro, pues el suelo es finito; pan para hoy, cemento y nada para mañana.

En un pueblo el tamaño sí importa; basta darse una vuelta por el Aljarafe sevillano. La gran capital fagocitando a todos los pueblos, y ya nada queda que no sea Sevilla, adosados, pareados, el Ikea, los Macdonales, comercios llenos de coches.

Gerena; trozo de tela puesta en venta. Tela por vender y por cortar; manoseada y amancillada. Tierra mal querida. Cuestión de precio; oferta, demanda, negocio... La tela se vende y se compra. La tela es eso: materia; la tela no tiene corazón.






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