miércoles, abril 28, 2010

Brevedad



El tiempo...

Que corra rápido y me lleve allí, donde quiero siempre tenerte.

Que me vuelva loco y embelesado mirando como mueves tu peine.

Que alce el vuelo, como la abeja, buscando las flores imposibles.

Que sea una duda, allá en lo alto, donde los cielos nunca terminen.

Que flote y vaya, como la hoja, corriente abajo, sin más destino.

Que dure poco, como la vida, que se evapora en un suspiro.

Que dé tu piel, de fruta dulce; todo lo tuyo que siempre es nuevo.

Que sea una estrella, aunque tan leve, que cuando cese me encuentres dentro.


Preciosa diosa del tiempo breve.





(A la mujer con la que llevo compartidos 16 años de mi vida.)

Etiquetas:

miércoles, abril 21, 2010

Corderitos


Cuando cambié de curso pensaba que todo sería mejor, pero nada más lejos de la realidad, las clases son larguísimas y algunos profesores me hacen sentir como una mierda de pájaro pegada a sus zapatos. Esta mañana no supe decir la tabla del ocho y eso me costó media hora de castigo, de rodillas, en un suelo durísimo. Cuando me levanté apenas podía moverme. Ahora parece que los huesos ya volvieron a su sitio.

De todas formas debo dar gracias a Dios, como dice el Padre Nazario, peor viven los niños de la calle. Aquí no nos falta el plato de sopa, el mendrugo de pan y una cama seca. El padre Nazario es un buen hombre, me habla de cosas sorprendentes, libros maravillosos, de los grandes genios de la ciencia... Tal vez lo que me pasa no sea culpa de nadie, y mi madre muriera sin parientes ni amigos, por eso de esta soledad.

Bueno, el día ya terminó, espero que mañana pueda dominar los nervios de las dichosas matemáticas. Ocho por una ocho, ocho por dos dieciséis, ocho por ... Fuera debe hacer frío; se oye el viento queriendo colarse por las rendijas. Hay por algún sitio una portezuela, medio abierta, haciendo ruido, y un gatito maúlla, muy bajito, a lo lejos. Todos los demás niños están en silencio; cada uno en su cama, seré yo el único que queda despierto en esta larga y fría sala.

Don Casto se acerca desde el fondo, va apagando todas las luces y ha dejado sólo atrás la bombilla de la entrada de su habitación. Es un hombre gigante, gordo y sonrosado. Tiene una nariz rechoncha y muy poco pelo; tan sólo una estrecha franja en el cogote. Es serio y muy callado, siempre dice las mismas frases: “¡Todos a dormir!” , “Duerman, señores, con Dios”

Voy a cerrar los ojos no sea que me vea y me riña, mejor parecer que también duermo... Sí, me haré el dormido... Oigo su respiración, debe estar ahora mismo a los pies de mi cama...

.../...

Ahora no oigo nada... ¿Habrá pasado ya?... Sí, seguro que ya ha pasado.

-¡Señor, señor! ¿Aun despierto granuja?
-No padre me desveló el viento, ya duermo descuide...

-¿Viento? ¡Habrase visto! Lo que pasa es que tenéis que dar ruido hasta el último momento...

.../...

- Si el viento te asusta no te preocupes, esta noche puedes dormir conmigo, en mi habitación, en mi cama, verás que a gusto vamos a estar los dos tapaditos.

-Pero... Don Casto, si yo estoy aquí muy bien...
-No me lleves la contraria mequetrefe, venga tira para el cuarto.

Tengo un poco de miedo, quizás el padre me aplaste, es tan grande... Pero no puedo contrariarlo, ya sé el genio que se gasta, así que mejor me meto en su cama.
La habitación es pequeña, hay una mesa oscura y una silla vieja de madera, las paredes son amarillentas, hay un cuadro en una de ellas; una bonita Virgen con un niño regordete cogido en brazos.

Me meto en su cama, que huele a pan mohoso, él acaba de apagar la luz, oigo el ruido de sus ropas cayendo sobre la silla. Está tosiendo y rezando; entre tos y rezo le oigo algo así como: “Cordero de Dios... cordero, cordero” E imagino corderitos pequeños, como si los viera; blanquitos, sedosos; corriendo por un prado, un día radiante de sol todos jugando, saltando de contentos...

Ya se mete en la cama, el colchón cruje; parece el catre un mar en tempestad, él es como un barco enorme, bestial, y yo, muy pegado a la gran mole; una simple barquilla a punto de hundirse...

-Ahora para entrar en calor, antes de dormir, te frotaré un poco. Luego me tienes que frotar tu a mí, ¿Vale?
-Pero... padre no tengo frío, tengo sueño.

- Mira estate en silencio, verás, dentro de un momento, lo calentitos que vamos a estar.

.../...

-¡No padre!, ¡no quiero quitarme el pijama!

Etiquetas:

jueves, abril 15, 2010

Rotos



Ese osito tarado,
empuja un carro destartalado.
Cadena al cuello, bozal, correa,
cercano el látigo, nunca bromea.

Lo sigue un payaso arrugado
de ojos tristes medio borrados.
Panza gordota, boca sonriente,
pernil manchado de aguardiente.

La gente ríe con alboroto,
el oso arrastra su corazón roto.
Y en el carro salta un chimpancé;
saludando a todos con los pies.

El oso baila, el mono aplaude,
la música suena, empieza el baile.
Ay, qué animales más graciosos,
Ay, qué payaso más cochambroso.

Al final la pista se quedó vacía.
Animales de circo y agonía.

Etiquetas:

lunes, abril 12, 2010

La carta que te debía


No está bien, amigo Rafael, morirse; y menos aun sin avisarlo. Pero es la muerte plato que no nos diferencia a buenos de malos ni a ricos de pobres, y, menos aun, a guapos de feos; siendo tú, dicho sea de paso, del grupo de esos nobles que pueden presumir de la belleza heredada, de la genuina prestancia y de la casta de los pobres diablos con clase. Diablo o diablillo; sin recomendaciones, sin referencias, siempre el último; atrás de la fila, ese que viene al mundo a que lo quemen, o a quemarse vivo y... qué quieren que hagas, si tu vida es tuya.

Pero la muerte viene siempre Rafael; hoy por ti y mañana por mí; a este paso no quedaremos nadie.
Esa hija de puta que se va cebando de tu casa, de la de todos. Espero, al menos, que no te pillara confesado, porque a estas alturas... amigo Rafael, tan joven y tan viejo, todos sabemos que fuiste sobre todo, y más que todos, una gran persona, y a veces, muchas veces, también un menudo y flaco zorro callejero.

Zorro y perro, perro y zorro, amante de una Cruzcampo bien fría, de caña o de litro porque lo que importa es lo de dentro; como tú Rafael; yendo y viniendo tantas veces del infierno, ese infierno que tanto te quería, del que tu renegabas y que se ha quedado con las ganas de tenerte.

Va por ti y por el litro que siempre te estará esperando, fresquito, en algún rincón de esa tasca que tú y yo sabemos.








Etiquetas:

jueves, abril 08, 2010

Lo bueno, si es breve...


Lo bueno, si es breve... debería durar.






Etiquetas:

jueves, abril 01, 2010

Pobre Judas



Llegando estas fechas; cuando volvía el olor de las torrijas
y en el armario aguardando estaba, sin estrenar, la rebequita,
y unos zapatos castellanos y un pantalón y una camisa;
!La primavera había vuelto, ya regresaron las golondrinas!
Y los mortales iban entrando, en la estación que da la vida.

Por el barrio suenan; se oyen golpes, un gran ruido y algarabía,
son los tambores que traen los niños, hechos con latas de gasolina;
viejos latones llevan al cinto, tañéndolos con palos de sillas,
por la calle vienen, pasan tocando, la cuesta abajo, la cuesta arriba.

Juegan los niños a ser mayores; procesión ruidosa de pacotilla,
todos en fila, la banda suena, detrás de una mesa camilla,
qué digo mesa, es todo un paso, con cruz de olivo y flores lilas,
con viboreras y jaramagos, amapolas rojas y margaritas.

Y por la tarde, por “soberaos”, buscaremos todos las viejas ropas;
- Este chaleco fue del abuelo, y esta chaqueta, y aquellas botas.
El "Jua" nace hijo de niños, si ríe o llora; no se le nota.
Él va engordando, poquito a poco, con pajas secas y revistas rotas.

¡Metámosle un bote de "fli", o un petardo de los grandes!
!Cualquier cosa; unos trapos viejos, lo que sea, si es que arde!
Porque esta noche morirá el Judas, cuando el cristo ya se guarde,
y resucite en su capilla, y partan cohetes por el aire.

Pobre Judas que ya está ardiendo, y los chiquillos lo apedrean.
En la oscura noche bailan mil chispas y todo huele a “humarea”.



Etiquetas: