jueves, octubre 28, 2010

Cualquier día...




Cualquier día recogemos todos los bártulos y nos vamos con la música a otra parte.

Pues no es difícil saber llegar, el mérito está en el mejor momento para saber irse.











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domingo, octubre 17, 2010

Diccionario Adoquinero


Ha sido Gerena, desde hace largo tiempo, conocida como: “El Pueblo Los Adoquines”, algo que nos ha llenado de orgullo; será porque Gerena tomó el nombre del trabajo de sus hombres y mujeres. Aquellos que arrancaban de la tierra la piedra. Personas que dedicaron su vida a la fabricación de una pieza de granito; gris, cúbica, áspera y dura: el adoquín. En los años dorados de las canteras desde Gerena salían ¡trenes!, cargados de estos adoquines.

Con el paso del tiempo, dado que cayó en desuso la utilización de este material, las canteras quedaron abandonadas, pero, a pesar de ello, la gente de Gerena hemos seguido siendo del pueblo de los adoquines. Parece que le hemos tomado cariño a ese tosco apelativo. Será que aun perdura, entre nosotros, el legado de aquellos canteros que cortaban con sus manos la piedra dura; que fabricaban miles, millones, de aquellos adoquines.

Algún día, porque todo cambia, Gerena ya no será la de los adoquines; se perderá este adjetivo y será nombrada por otras cosas; el pueblo de la mina, del cobre, o vayamos a saber que le depara el tiempo.

Y lo mismo va ocurriendo con algunas palabras si no se usan; se extinguen, desaparecen para siempre, y una vez perdidas son como una herida en la memoria; como un tajo abierto que va secando nuestras raíces.

Desde este humilde Blog manifiesto mi reconocimiento a nuestro lenguaje, a nuestra forma de ponerles nombres a las cosas; esas palabras que son sólo de aquí y a veces en el próximo pueblo, ese que está a diez kilómetros mal contados, ni se conocen. Sería bueno salvar a estas palabras; por eso se me ocurrió el “Diccionario Adoquinero”


Pido a todo aquel que sepa de alguna de ellas que la salve (hace unos días que empecé con esto y tengo ya a cuatro magníficos/as colaboradores/as, a los que les doy mis más sinceras gracias). El único requisito que se les pedirá a esas palabras es que no estén en el diccionario de la R.A.E. o, si lo estuvieran, no con el mismo significado que en Gerena se les da.

Hay cosas que, no por simples, dejan de encerrar la máxima importancia. Estas palabras son las memorias de muchas generaciones, la herencia que debemos atesorar para poder luego legar a los que vengan.

!Ah! Porque un pueblo no es más moderno por que tenga muchas casas -¿Quién ha dicho semejante memez?-, o porque pongan un Mercadona, o porque venga una vez al año la televisión; por eso un pueblo no es más moderno. Lo será si sabe de dónde viene, si valora lo que tiene y si quiere dejar a sus hijos la riqueza que recibió de sus mayores: el tesoro de la sabía convivencia entre sus vecinos; un lugar acogedor lleno de cultura y afectos.





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sábado, octubre 09, 2010

Que no sea esta la última



Deja, deja, no me interesa conocer el destino, no quiero saber de él, nunca me gustaron los finales, prefiero más los principios.

Siempre quise mis primeras veces más que mis últimas; la primera vez que me bañé en el río, la primera vez que volé una cometa, el primer nido que cogí en mis manos... Primeras veces siempre perduran; únicas, mágicas, imborrables.

La primera vez que probé la cerveza y la primera vez que comí tomates, la primera vez que me enamoré; cómo dolió, con qué fuerza un torrente desconocido me hacía temblar frente a su puerta.

La primera vez que monté en bicicleta y aquella Derby Variant que una vez estrené nervioso. O cuando mi padre me dejó, por primera vez, el coche por un solitario camino de los Arrieros.

El primer beso, la primera teta, ¡Ay la primera teta, qué maravilla! cómo su pegó su tacto en un latigazo tierno y vengativo. Y la primera masturbación, una tarde tardía de un verano soporífico y curioso. Y la vez primera que se me dio permiso para el festín de lo prohibido; una flor caliente, nocturna, olorosa... Poca luz siempre fue bueno.

La primera vez que haces el amor, el nacimiento del primer hijo.

No me den últimas veces, denme siempre las primeras, que no quiero dejar que el destino se haga amo de mis finales. Que no quiero tener aquello para que luego se me termine. Que si fuera esta entrada esa que tanto temo... que no sea, que no sea... que no sea esta la última.




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martes, octubre 05, 2010

El tío de las bellotas


El tío de las bellotas
tiene una pata rota.
¿Con qué se la curaremos?
Con un palo que le demos.
¿Y dónde está ese palo?
La candela lo ha quemado.
¿Y dónde esta esa candela?
El agua la ha apagado.
¿Y dónde está esa agua?
El pato se la ha bebido.
¿Y dónde está ese pato?
El cura se lo ha comido.
¿Y dónde está ese cura?
¡En el carro de la basura!
(Canción infantil popular)

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