Navidad de reventa

Pasaron y también vendrán; dos mil años de ingenios y medicinas.
De vacunas y canciones, de dentaduras postizas, de valientes y cobardes.
De bisturíes acomplejados, de besos con sal y vinagre.
Veinte siglos perros, brillantes y sarnosos.
Y siguen llegando, cada año, a llamar a mi puerta, una mujer en cinta sobre un pequeño asno, y un hombre que pide ayuda compungido, buscando un techo bajo el que pasar la noche, donde traer al mundo una esperanza nueva. Y le diré que no.
Se fueron, también vendrán; dos mil años de móviles y aviones.
De faxes y satélites, de misiles inteligentes, de guerras preventivas sin supura.
Doscientas décadas rompiendo y remendando corazones.
Y cualquiera de estas noches, con sus cielos sin colores, nacerá entre las bestias, mientras el agua golpee el papel metálico de la chabola, aquel que venga sin su pan bajo el brazo, porque yo lo revendí.
De vacunas y canciones, de dentaduras postizas, de valientes y cobardes.
De bisturíes acomplejados, de besos con sal y vinagre.
Veinte siglos perros, brillantes y sarnosos.
Y siguen llegando, cada año, a llamar a mi puerta, una mujer en cinta sobre un pequeño asno, y un hombre que pide ayuda compungido, buscando un techo bajo el que pasar la noche, donde traer al mundo una esperanza nueva. Y le diré que no.
Se fueron, también vendrán; dos mil años de móviles y aviones.
De faxes y satélites, de misiles inteligentes, de guerras preventivas sin supura.
Doscientas décadas rompiendo y remendando corazones.
Y cualquiera de estas noches, con sus cielos sin colores, nacerá entre las bestias, mientras el agua golpee el papel metálico de la chabola, aquel que venga sin su pan bajo el brazo, porque yo lo revendí.
Nota: El de la foto era yo.
Etiquetas: Casipoemas