Hacerse invisible

"Nuestra mano es una herramienta y un arma. Tiene el molde de la violencia. Por eso, cuando redacta leyes, suelen salirle violentas, y cuando redacta poemas suelen salirle mentiras". "Mortal y Rosa" de Francisco Umbral.
Decía Umbral que escribir es un ejercicio pasivo mientras que leer es algo activo.
Explicó que el escritor se hace transparente al escribir y que el idioma fluye a través de él. Decía que los buenos escritores son aquellos que cuando los leemos no se notan, se vuelven invisibles; y qué razón tenía.
Bien le gustaría a un servidor hacerse invisible, y dejar aquí las palabras sin que se notara mi presencia, pero es complicado, es jodidamente complicado esfumarse, suelo ser opaco por naturaleza, y cada vez que quiero escribir hay más de mí y menos del lenguaje. Quiero correr tras el escritor pero éste se va, se pierde como tragado por el mar.
Me decía mi querido Jordi del Blog “A Galopar” , que por cierto lo echo de menos, que para poder crear un post hacen falta tres cosas: tener algo que decir, saber como decirlo y disponer del momento necesario para hacerlo. Yo estoy totalmente de acuerdo pero, en mi caso, suelo definirlo de otra forma: tener algo que decir y encontrar el preciso momento en que uno se vuelva transparente.
Casi siempre ha sido de esta forma; de las cosas que medio han merecido la pena, de cuanto he ido escribiendo, las mejores fueron aquellas en las que sólo se ve el lenguaje, las palabras, el idioma, y no se me ve a mí por ningún sitio.
Pero estamos en tiempos difíciles y esta autodisciplina de escribir como mínimo una entrada a la semana se me complica. Me gustaría tanto parecerme más al hombre invisible.
Etiquetas: Cosas mías